Una prolongada audiencia que se suspendió cerca de amanecer del viernes terminó sin decisión sobre el pedido de habeas corpus presentado por la defensa del exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas que buscaba su libertad después de ser capturado el 5 de abril tras una inédita incursión policial en la embajada de México en Quito.
En la audiencia, que duró cerca de 12 horas, se expusieron informes, testimonios y alegatos tanto de la defensa de Glas como de los involucrados en la detención. El ex funcionario, vía telemática desde prisión, describió cómo fue detenido y aseveró que los efectivos policiales lo maltrataron y le propinaron patadas y rodillazos.
Insistió en que es víctima de una persecución política y negó los delitos por los que está sentenciado, así como por los que es investigado, por lo que pidió a los jueces que se devuelva su situación al estado anterior al allanamiento a la sede diplomática mexicana. Dijo que tiene previsto reunirse en esta jornada con delegados del consulado de Alemania ya que tiene doble nacionalidad.
Según expuso la defensa del exvicepresidente, la aprehensión fue “ilegal” porque no respetó normas internacionales sobre la inviolabilidad de las sedes diplomáticas y el asilo concedido horas antes por el gobierno mexicano.
El recurso de hábeas corpus busca restituir la libertad de una persona cuando su detención se considera ilegal o arbitraria.
La versión fue refutada por la secretaria jurídica de la presidencia, Mishele Mancheno, quien negó las agresiones relatadas por Glas y justificó la captura aduciendo que “el asilo irregular no impide que se cumpla una orden de detención”. Insistió en que el exvicepresidente tiene sentencias por delitos comunes, con lo cual “no ha existido ninguna actuación fuera del ordenamiento jurídico".
Del lado del gobierno también comparecieron la ministra de Gobierno, Mónica Palencia, y delegados de la Procuraduría, el Ministerio de Defensa y de la policía. También juristas expresaron sus posiciones en calidad de terceros interesados.
La sesión se reinstalará la tarde del viernes, mientras tanto Glas seguirá detenido en una cárcel de máxima seguridad de la ciudad portuaria de Guayaquil, donde ha dicho que mantiene una huelga de hambre.
La audiencia se desarrolló en medio de ruidosas protestas a favor y en contra del exfuncionario en las inmediaciones de la Corte Nacional de Justicia, al norte de Quito.
La inédita incursión policial a la embajada de México desencadenó la ruptura de las relaciones bilaterales, un reproche mundial a Ecuador y la condena de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
El jueves México denunció a Ecuador ante la Corte Internacional de Justicia, solicitando su suspensión de las Naciones Unidas. No hubo una reacción inmediata de Ecuador.
Glas estaba refugiado en la embajada mexicana desde mediados de diciembre. Ahora debe completar en prisión una pena por dos casos de corrupción, mientras es investigado en otro caso por malversación de fondos públicos en las obras de reconstrucción de dos provincias tras un terremoto en 2016.
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