Un reciente estudio concluyó que el uso de teléfonos celulares no incrementa el riesgo de cáncer o tumores cerebrales en los niños.
El estudio, realizado en Europa y en el que participaron 1.000 personas, fue publicado por el Journal of the National Cancer Institute y fue motivado por las preocupaciones sobre las consecuencias maléficas entre los grupos más vulnerables: los niños y los adolescentes.
En los últimos 20 años, la utilización de los teléfonos móviles entre los niños en países desarrollados se ha disparado. Estudios indican que estos aparatos se empiezan a utilizar entre los 9 y 10 años de edad. Algunos especialistas han ejercido fuerte crítica sobre estas prácticas argumentando que el tejido cerebral externo, en especial entre niños de 5 a 8 años, absorbe gran cantidad de energía proveniente de los teléfonos.
Los investigadores liderados por Denis Aydin y el Instituto Suizo de Salud Pública, declararon que es cierto que los niños reciben más energía de estos aparatos, pero eso se debe a que su cráneo es más delgado.
“A diferencia de la radiación por rayos X o escáner CT, esta energía no es suficiente para dañar el DNA, lo que podría causar cáncer”, dijo Aydin.
Las estadísticas públicas tanto en Estados Unidos como en Europa, no indican aumento en los casos de niños con tumores en el cerebro.
Pero la controversia salió a la luz en junio de 2011, cuando la Agencia Internacional de Investigación de Cáncer de la Organización Mundial de la Salud, clasificó los teléfonos celulares como “posibles cancerígenos” basado en “evidencia limitada”.