El gigante tecnológico Samsung Electronics Co Ltd presentó el miércoles en Nueva York su nuevo Galaxy S8 con el que intenta hacer olvidar el Galaxy Note 7, el modelo retirado del mercado el año pasado debido a unas baterías propensas a incendiarse.
El Galaxy S8 tiene una pantalla más grande que su predecesor y un asistente de voz que rivaliza con Siri de Apple y el Google Assitant.
Más importante es lo que no tiene, y eso es la mayor capacidad de batería como la tenía el Note 7, que sin embargo dio lugar una serie de incendios repentinos y explosiones de su batería.
La producción de los Note 7 fue cancelada en octubre tras retirarlos totalmente del mercado, apenas dos meses después de su lanzamiento a un precio de unos $900 dólares.
Una investigación posterior encontró problemas de fabricación en las baterías suministradas por dos compañías diferentes, Samsung SDI Co Ltd y Amperex Technology Ltd.
Analistas de Samsung e investigadores independientes no encontraron otros problemas en los dispositivos además de las baterías.
El Galaxy S8 viene en dos tamaños, ambos más grandes que el modelo pasado. Los dos tienen pantallas curvas en las orillas y carecen de botón físico de activación.
“Estamos en el proceso de recuperar la confianza perdida”, dijo Drew Blackard, director de mercadeo de Samsung.
En Estados Unidos Samsung comenzará a tomar órdenes el jueves y las primeras entregas del aparato están previstas para el 21 de abril.