Mirando al cielo, cientos de chilenos y visitantes vieron esta semana cómo el acróbata francés Nathan Paulin atravesaba el aire en una cuerda floja de 270 metros de largo y suspendida a unos 50 metros del suelo.
Pero no fue lo único. Más de 100 espectáculos de teatro y circo están repartiendo música, color y la grandeza del arte en varias ciudades de Chile durante el Festival Internacional Teatro a Mil, del 3 al 28 de enero.
Hay un bullicio en varias ciudades chilenas, que se llenan de alegría en enero desde hace más de tres décadas. Este año son más de 100 espectáculos gratuitos programados con artistas que han llegado de unas 16 naciones.
"Teatro a Mil fue un movimiento que hicimos junto a tres compañías para tomarnos el mes de enero cuando llegó la democracia y que después de 31 años sigue insistiendo en tomarse las calles, las plazas, los espacios públicos con espectáculos al aire libre y también en salas", explicó a la Voz de América Carmen Romero, Directora Ejecutiva de la Fundación Teatro a Mil.
Algunos de los eventos también están disponibles de forma digital. Teatro a Mil se define como un grupo de profesionales con diversas trayectorias y disciplinas que está comprometido con las artes escénicas y el desarrollo cultural equitativo de Chile. La fundación tiene programas de formación de públicos, artistas y oportunidades de circulación para compañías chilenas y latinoamericanas.
Tres elefantes gigantes recorren Santiago de Chile
El espectáculo de la compañía francesa Compagnie Oposito, con 40 años de trayectoria, fue uno de los que más atrajo a chicos y adultos. En concreto, el show mostró el recorrido de tres elefantes gigantes mecánicos y de un ejército de soldaditos de plomo, acompañados de una banda de música celta. El espectáculo se complementó con la participación de personas de todo el mundo que desfilaron por las calles en este performance.
"Me encanta que el espacio público se pueda intervenir de esta manera, que sirva para toda la gente, no hay edad , es para todo espectador", celebró el chileno Ignacio Pinto, un entusiasta seguidor del espectáculo anual.
Otro de los pasacalles que más impresionó al público estuvo a cargo de Pachakuna: Guardianes de Los Andes, que durante una hora recorrió las calles del centro de la capital chilena.
Esta obra recrea la cultura ancestral Inca que se expandió del Altiplano hasta el centro sur de Chile y refleja una cosmovisión representada por el Cóndor, el Puma y la Serpiente en alusión al cielo, la tierra y el inframundo.
"Muy bueno. Creo en aquellos que generan mayor conciencia y una visión cultural del mundo que en el día de hoy lo tenemos en crisis", dijo a la VOA Humberto Campos, funcionario municipal, mientras observaba y bailaba animadamente siguiendo en el recorrido al grupo teatral Pachakuna: Guardianes de Los Andes.
Las tres grandes esculturas articuladas fueron movidas por más de medio centenar de personas y el espectáculo lo dirigió Martín Erazo con la compañía La Patogallina.
“Con la energía del carnaval, el uso del espacio público como lugar de encuentro, un lugar de catarsis que tantos nos hace falta, así que felices de estar una vez más en Santiago a Mil", dijo Erazo mientras las grandes figuras paseaban entre la gente emocionada.
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