La presidente de Taiwán, Tsai Ing-wen, comenzará el sábado una visita las Américas que incluye Estados Unidos con la posibilidad de avanzar las relaciones con el presidente electo Donald Trump después de una sorpresiva llamada el mes pasado, y a los países centroamericanos que algún día podrían cambiar su apoyo de Taipei a su poderoso rival China.
El viaje es visto en su país como una prueba de la estabilidad de Taiwán y ha generado alerta en Beijing, que ya protestó por las escalas que hará la gobernante taiwanesa en Estados Unidos.
Tsai no ha dicho con quien se contactará en su visita de un día a Houston, en su viaje a Centro América, o en su escala en San Francisco por aproximadamente el mismo periodo de tiempo.
La embajada de facto de Estados Unidos en Taipei, el American Institute in Taiwan, dice que las escalas de Tsai, una cortesía que Washington normalmente da a los líderes taiwaneses con vínculos con América Latina, son por asuntos privados.
Observadores dicen que Tsai probablemente tenga la esperanza de contactar gente de la futura administración del presidente electo Donald Trump antes de que asuma el cargo el 20 de enero. Ella llamó a Trump el 2 de diciembre, con quien habló durante 12 minutos.
Algunos taiwaneses temen que Trump aproveche relaciones más estrechas con Taiwán como moneda de cambio para lograr concesiones comerciales de China y dejar de lado a Taipei si logra las concesiones.
La presidente de Taiwán visitará El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua la semana próxima para reuniones con los jefes de Estado de esos países. Ella planea conversar con las autoridades centroamericanas sobre proyectos que pueden realizar juntos y ver cómo vive la gente.
Un diplomático hondureño en Taipei dijo el jueves que no ha oído de ninguna urgencia en cambiar vínculos a Beijing.