El jefe de la junta militar de Myanmar dijo este viernes que consideraría la posibilidad de permitir que la derrocada líder Aung San Suu Kyi sea trasladada de la prisión al arresto domiciliario, pero sólo después de que se hayan dictado las sentencias en una lista de casos en su contra.
Suu Kyi, derrocada el año pasado en un golpe de Estado militar que ha sido duramente condenado por la comunidad internacional, fue trasladada en junio a una cárcel de la capital, Naypyitaw, donde está recluida en régimen de aislamiento, según el Ejército.
La premio Nobel y defensora de la democracia, de 77 años, ha pasado cerca de la mitad de las últimas tres décadas bajo arresto domiciliario.
Desde el golpe militar, Suu Kyi ha sido acusada de al menos 18 delitos que van desde soborno a fraude electoral, y ya ha sido condenada a varios años de cárcel. Ella ha calificado las acusaciones de absurdas y niega todos los cargos que se le imputan.
Las declaraciones escritas del jefe de la Junta, Min Aung Hlaing, leídas en la televisión estatal, se produjeron en respuesta a la petición de un alto representante de Naciones Unidas que visitó Myanmar esta semana y pidió que se permitiera a Suu Kyi regresar a su domicilio.
"Consideraré el asunto (...) después de que se emita el veredicto", dijo en el comunicado. "No le impusimos cargos fuertes y mostramos misericordia aunque pudimos hacer más".
Suu Kyi, hija del héroe de la independencia de Myanmar, fue puesta bajo arresto domiciliario por primera vez en 1989, tras enormes protestas contra décadas de Gobierno militar.
En 1991, ganó el Premio Nobel de la Paz por hacer campaña a favor de la democracia, pero no fue liberada totalmente del arresto domiciliario hasta 2010.
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