En el papel, los Eagles y los Chiefs son una copia al carbón del otro. Los dos mejores registros de la NFL a lo largo de la campaña regular. Dos equipos que suman exactamente la misma cantidad de puntos luego de 19 compromisos.
Pero al mismo tiempo, no podrían ser más distintos. El domingo, podrán resolver sus diferencias en el Super Bowl.
Por primera vez desde 2017, el Super Bowl tendrá como protagonistas a los dos primeros preclasificados en ambas conferencias. Dos conjuntos que llevan exactamente 546 puntos anotados en los playoffs y que, incluso, tuvieron en algún momento de su historia al entrenador rival en sus filas.
Pero siempre hay dos caminos hacia un objetivo y los de Kansas City y Filadelfia rumbo al State Farm Stadium de Glendale, Arizona, son completamente diferentes.
Kansas City llegó al Super Bowl de la mano del quarterback Patrick Mahomes, el estelar tight end Travis Kelce y una ofensiva que finalizó primera en toda la liga en puntos y yardas. Ahora Mahomes intentará dejar atrás una lesión de tobillo que sigue sin sanar del todo y un historial de 0-9 para los MVP reinantes en el Super Bowl desde 1999.
“Creo que todos lo hemos visto crecer como quarterback”, dijo Kelce sobre Mahomes, quien el jueves ganó su segundo título de MVP en cinco años como titular. “Su talento va mucho más allá de sus capacidades. Está un paso adelante, está jugando ajedrez y tiene tres o cuatro movimientos listos dependiendo de lo que haga la defensiva”.
Filadelfia transitó un camino muy diferente, pero no menos efectivo. Un monstruo terrestre de varias cabezas liderado por el running back Miles Sanders (1.269 yardas y 11 TDs), el quarterback Jalen Hurts (760 yardas terrestres y 13 TDs) y un ataque que impuso un récord con 39 anotaciones por la vía terrestre. A eso se le suma una defensiva que tuvo cuatro integrantes con al menos 10 sacks — otra marca de la NFL — y el resultado es un equipo de Super Bowl.
“Creo que se nos ha pasado por alto toda la temporada”, dijo el linebacker Haason Reddick, autor de 16 capturas. “Tenemos estrellas en todas las posiciones. Este equipo está plagado de talento. No creo que haya estado en uno más talentoso”.
Las palabras de Reddick no son huecas. Los Eagles tuvieron a seis jugadores designados All-Pro, gozan de versatilidad, creatividad y profundidad en el ataque terrestre, y cuentan con dos explosivos receptores que recogen los frutos una vez que el juego físico ha hecho su trabajo.
“Esperamos conectar suficientes golpes al cuerpo en el primer y segundo cuarto para que cuando lleguen el tercero y el cuarto, todos esos golpes se sientan más fuerte y comiencen a diezmar un poco a tu oponente”, dijo el entrenador de running backs Jemal Singleton.
La defensiva tiene la labor de contener al mejor ataque de la liga. Pero también las herramientas. Reddick encabeza una unidad que acumuló 70 capturas en la temporada regular, la tercera mayor cantidad en la historia. Y en el perímetro, los Eagles cuentan con dos cornerbacks que conjuntan experiencia y talento: Darius Slay y James Bradberry — ambos designados All-Pro de primero y segundo equipo, respectivamente.
Mahomes sabe lo que le espera.
“Son excelentes en todos los aspectos”, admitió el quarterback de Kansas City, quien junto con Hurts protagonizará el domingo el primer Super Bowl con pasadores titulares de raza negra. “Es difícil elegir un aspecto. Probablemente diría que la línea defensiva, porque tienen un índice histórico de sacks y por cómo presionan al quarterback. Será un gran reto para nuestra línea ofensiva”.
Filadelfia parece tener a su favor el aspecto defensivo. Los Chiefs cuentan con Mahomes y la experiencia de llegar a tres Super Bowls en las últimas cuatro campañas.
Pero llegar al Super Bowl es distinto a ganarlo. El coach de los Chiefs Andy Reid lo aprendió de la peor forma durante sus 14 años en Filadelfia, donde alcanzó cuatro finales de Conferencia consecutivas, un viaje al Super Bowl y nada que celebrar a cambio.
“Fueron 14 años grandiosos allá”, dijo Reid sobre su estadía en Filadelfia, donde posee el récord de triunfos en la historia de la franquicia. “Amé cada minuto, es una gran organización”.
Ahora busca un segundo Lombardi en 10 temporadas con los Chiefs. Su llegada, sin embargo, significó el fin de la estancia en Kansas City de un joven coach de receptores de nombre Nick Sirianni, quien el domingo estará al frente de los Eagles.
Con tan sólo 41 años de edad y dos como entrenador en jefe, Sirianni ha transformado por completo a un equipo que ganó el Super Bowl hace apenas cinco años, y del cual sólo cinco jugadores permanecen en el plantel. El centro Jason Kelce, es uno de ellos. Y el domingo, él y Travis serán la primera pareja de hermanos en la historia de la liga en medir fuerzas en el máximo escenario.
El Super Bowl 57 cuenta con todos los condimentos para una receta memorable. Y, si la historia no miente, también dramática.
Los únicos dos Super Bowls que se han disputado previamente en ese escenario han sorprendido al mundo. Primero Eli Manning, David Tyree, una recepción con el casco y unos Giants que pusieron fin a la marca invicta de los Patriots 17-14 en febrero de 2008. Siete años después, una intervención — e intercepción — divina de Malcolm Butler en la yarda 1 a 20 segundos del final que preservó la victoria de Nueva Inglaterra 28-24 sobre Seattle.
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