“Estoy contento de reunirme hoy con ustedes en la que pasará a la historia como la mayor manifestación por la libertad de nuestra nación”, dijo Martin Luther King Jr. al comenzar su famoso discurso “Tengo un sueño” el 28 de agosto de 1963.
Ahora, cuando se conmemoran 83 años del nacimiento de uno de los símbolos de la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos y cuyos discursos traspasaron fronteras y fueron -y siguen siendo- utilizados en protestas a nivel mundial, surge una pregunta.
¿Cómo estamos en materia de derechos civiles, se ha hecho un avance considerable desde aquella época en los derechos de dos de las minorías de EE.UU. o quedan frentes por conquistar?
Para los musulmanes
“No lo creo. No creo haya cambiado mucho”, dice Salim Akhtar, director nacional de American Muslim Taskforce, una organización de defiende los derechos de los musulmanes en Estados Unidos.
“Las masas de la población estadounidense han sido privadas de la verdad y esa es una las razones por las cuales no veo que exista mucho cambio”, señala Akhtar al afirmar que la mayoría de los medios en el país no dan voz a esa comunidad.
Akhtar dice que desde que colapsaron las torres gemelas en 2001 la situación de los musulmanes tuvo un giro radical y que ahora con la llamada “Primavera Árabe”, el reto para diseminar lo que él considera la “verdad” sobre el Islam y los musulmanes ha incrementado.
“Siempre le digo a mi comunidad que dejen de tener miedo. Que se involucren en las arenas políticas y sociales para que formen parte de los procesos de decisión. Involucrarse en el proceso político”, indica el director de esta organización.
Los hispanos
Cuando se habla de inmigración en Estados Unidos, el sector de la población que más se menciona es el hispano. Y es que según el último censo, es el de más alto crecimiento entre las minorías con cerca de 50 millones de personas.
A la vez que incrementa este segmento de la población en el país, varios estados han aprobado estrictas leyes migratorias.
Los estados de Arizona, Alabama, Georgia y Carolina del Sur, entre otros, han aprobado normas que penalizan la inmigración irregular y, pese a que el gobierno federal las ha llevado a la justicia por considerarlas inconstitucionales, algunas cláusulas han entrado en vigencia.
En el caso de Arizona, el efecto de la implementación de la ley SB1070 (que criminaliza a los indocumentados y permite a la policía local interrogar a quien no pueda proporcionar una identificación válida) se midió en el alto índice de abandono de alumnos hispanos en las escuelas públicas del estado.
“En las escuelas hemos tenido un impacto muy serio, hay escuelas en el condado Maricopa que reportaron un descenso de alumnos de hasta un 30 por ciento”, explica la directora ejecutiva de La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), Soler Meetze.
“La discriminación limita las oportunidades económicas y sociales”, enfatiza la organización de derechos civiles La Raza.
En este sentido, en diciembre de 2011, 14 países latinoamericanos presentaron un escrito en apoyo a la demanda del Departamento de Justicia estadounidense contra los intentos de legisladores de Utah que intentan impulsar una norma que amenaza los “derechos humanos y civiles” de los inmigrantes.
Desafíos en el futuro
“Los desafíos son muchos, amplios y a veces pueden ser utópicos”, dice Akhtar.
Y es por eso que este 15 de enero, la vida de uno de los íconos en lucha por los derechos civiles toma más importancia.
Las protestas sin violencia de Martin Luther King Jr. acompañadas con discursos de igualdad, llevaron al movimiento que lideraba hacia adelante y pusieron en relieve la importancia de conseguir la igualdad racial en EE.UU.
King fue asesinado la noche del 4 de abril de 1968. Ya han pasado más de 40 años y muchos de sus sueños se han convertido en realidad, incluso la elección del primer presidente afro-estadounidense en la historia del país.
Pero, a juzgar por los expertos consultados por Voz de América, todavía quedan algunos aspectos que le harían a Luther King seguir soñando.