El secretario de Defensa de Estados Unidos, Ashton Carter, llegó en una visita no anunciada a Afganistán, donde se reunió con comandantes militares estadounidenses y autoridades afganas.
La visita tiene lugar cuando un nuevo grupo político afgano está presionando a Kabul para hacer más por la estabilización del convulsionado país.
Carter llega en medio de un aumento de la insurgencia del Talibán y nuevas preocupaciones por los seguidores del grupo Estado Islámico, cuya aparición ha complicado los esfuerzos internacionales liderados por EE.UU para estabilizar a Afganistán.
El Jefe del Pentágono viajó a Jalalabad, capital de la provincia de Nangarhar, en el este del país, donde están destacados varios cientos de soldados estadounidenses.
Extremistas pro-ISIS han lanzado ataques contra fuerzas de seguridad locales en la provincia y se dice que han tomado control de varios distritos remotos.
La base estadounidense en Jalalabad, lleva a cabo actividades de entrenamiento, logística y contra-terrorismo con el auspicio de la misión Resolute Support para Afganistán, de la OTAN.
La visita de Carter a la región enfatiza la creciente amenaza de ISIS, que ha proclamado un califato islámico en Irak y Siria.
En conferencia de prensa conjunta con su homólogo interino afgano, Masoom Stanekzai, el Secretario de Defensa estadounidense afirmó que "menos células de ISIS están surgiendo en el mundo, incluyendo Afganistán".
"Esa es una amenaza que seguimos muy de cerca y que estamos decididos a derrotar, no solo aquí en Afganistán sino en todo el mundo", indicó.
El talibán ha ganado control este año de más territorio y ha infligido fuertes bajas sin precedentes a las fuerzas de seguridad afganas, las cuales ahora confrontan la insurgencia islamista directamente, sin asistencia terrestre o aérea de las fuerzas de la OTAN.