La guerra en Afganistán le ha costado la vida a 700 soldados extranjeros durante el año 2010, el más mortífero en los diez años de hostilidades en el país, según un recuento elaborado por la agencia de noticias The Associated Press.
El aumento de muertes de soldados extranjeros se produce en el mismo año en el que se registró un notable incremento de efectivos. Decenas de miles de soldados adicionales fueron enviados a Afganistán con el objetivo de aplastar una virulenta insurgencia del Talibán.
La cifra de bajas entre soldados extranjeros supera ampliamente la de 504 efectivos extranjeros que murieron en el año 2009 durante los combates.
Mientras tanto, las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), informaron que fuerzas afganas y de la coalición detuvieron a dos líderes del Talibán y que habrían dado muerte a otro influyente militante en operaciones separadas en Afganistán, en la última semana del año 2010.
La OTAN describió al sospechoso capturado en Kandahar como un influyente líder del Talibán que se desempeñó como vínculo entre varias células del grupo que operan en la sureña provincia.
También indicaron que el sospechoso es responsable de secuestros y de instruir a otros milicianos sobre cómo fabricar bombas callejeras.
La OTAN informó que el otro líder del Talibán capturado en la sureña provincia de Nimroz es responsable de adquirir minas y cohetes para ser usados contra las fuerzas de la coalición.
Se cree que otro influyente miliciano fue muerto en un ataque aéreo dirigido a insurgentes en la provincia oriental de Nangarhar.
La OTAN dice que informes indican que el grupo objeto del ataque ha estado coordinando el uso de atacantes suicidas en el distrito.