Un sismo de magnitud 4,4 se sintió el lunes por la tarde desde el área metropolitana de Los Ángeles hasta San Diego, en la frontera entre Estados Unidos y México, sacudiendo edificios, haciendo sonar las vajillas en las cocinas y activando las alarmas de los automóviles, pero de momento no se habían reportado daños ni heridos.
El temblor tuvo su epicentro cerca del vecindario de Highland Park en Los Ángeles, a unos 10,5 kilómetros (6,5 millas) al noreste del Ayuntamiento de Los Ángeles, y tuvo una profundidad de unos 12,1 kilómetros (7,5 millas), de acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS por sus siglas en inglés).
El sismo se sintió en distintas partes de California, desde Los Ángeles hasta el sur en San Diego y hacia el este en la región desértica de Palm Springs, de acuerdo con la página de informes comunitarios del USGS. Hubo pocos reportes procedentes del Valle de San Joaquín, ubicado a unos 160 kilómetros (100 millas) al noroeste de Los Ángeles.
Sacudió un edificio médico, interrumpió una entrevista en vivo de la cadena ESPN y el suelo se movió en Anaheim, donde se encuentra el parque temático Disneyland en el condado de Orange.
También se sintió en el vecindario angelino de Laurel Canyon, que alberga los hogares de muchas celebridades, y los helicópteros de las cadenas de televisión mostraron cómo el agua se derramaba desde un piso superior del Ayuntamiento de Pasadena, una ornamentada estructura abovedada que data de 1927 y que fue reacondicionada sísmicamente en la década de 2000.
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