Estados Unidos ha señalado a Rusia como responsable de un ataque a un convoy con ayuda humanitaria en el norte de Siria, en el que murieron 20 civiles y un oficial de la sociedad de Media Luna Roja.
Ben Rhodes, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, dijo que toda la evidencia muestra que el convoy fue blanco deliberado del bombardeo aéreo de aviones rusos Su-24, y como los rebeldes en Siria no tienen fuerza aérea, el ataque solo pudo haber sido obra de la aviación siria o de sus aliados rusos.
Rhodes también dijo que bajo el acuerdo de cese el fuego, Rusia era responsable de evitar que la fuerza aérea siria atacara áreas donde se estaba transportando ayuda humanitaria.
“Toda nuestra información indica claramente que esto fue un bombardeo aéreo”, dijo Rhodes rechazando las afirmaciones del ministerio de Defensa ruso de que un incendio en la carga provocó los daños.
“Hemos establecido que no fue un incendio”, confirmó el jefe de ayuda humanitaria de la ONU, Jens Laerke, en Ginebra.
El convoy era parte de un despacho rutinario operado por la Media Luna roja, que según la ONU estaba llevando ayuda a 780.000 personas en Uram al-Kubra, al oeste de la ciudad de Alepo.
Llevaba alimentos, medicinas, kits de emergencia, fórmula para bebés y otros provisiones esenciales de la ONU y la Organización Mundial de Salud.
El ataque comenzó unos 20 minutos antes de ponerse el sol en lunes y continuó durante dos horas. Dieciocho de los 32 camiones que formaban el convoy quedaron completamente destruidos.
Naciones Unidas ha suspendido las entregas de ayuda por tierra en Siria, lo cual deja en peligro a millones de civiles en las ciudades más asediadas de Siria.
Tanto Rusia como Siria han negado haber llevado a cabo el ataque.