Una nueva masacre en Siria ocurrida este miércoles en la región de Mazraat al-Qabeer, cerca de Hama, dejó unas 100 personas muertas entre ellas mujeres y niños. Al parecer los responsables de la tragedia fueron las fuerzas del régimen sirio.
Mohamed Sermini, un portavoz del Consejo Nacional Sirio, atribuyó la responsabilidad del hecho a las fuerzas del régimen de Bashar al-Assad e hizo un llamado a los supervisores internacionales encargados de hacer seguimiento a la situación de este país, para que tomen medidas en pro de un cese el fuego.
Ante la cruel situación, el gobierno estadounidense instó nuevamente a tomar acciones para lograr la paz y aumentar las sanciones estipuladas en el capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas, que permite aislar totalmente a un país con estas medidas.
"Esperamos que todos los países responsables se adhieran pronto a tomar acciones apropiadas contra el régimen sirio, especialmente, si es necesario, a acciones en el Consejo de Seguridad de la ONU en el marco del capítulo VII, como lo pidió la Liga Árabe", señaló este miércoles el secretario del Tesoro de EE.UU., Timothy Geithner.
Pese a la oposición de los aliados del régimen, China y Rusia, quienes no aprueban una intervención de la ONU, Geithner afirmó que "en ausencia de signos serios de conciliación de parte del régimen de Al Asad, iremos muy pronto en esa dirección".
Por su parte, el canciller italiano, Giulio Terzi, manifestó el temor de su país sobre un "genocidio" en Siria. "La línea de Damasco es clara: defiende su supervivencia mediante una ola de terror contra la población, con sistemas directos y brutales y alimentando artificialmente los conflictos entre las diferentes sectores de la sociedad", señaló.
El pasado sábado, la Liga Árabe pidió a la ONU recurrir al capítulo VII para imponer sanciones diplomáticas al régimen de al-Assad y suspender las relaciones con el régimen. Sin embargo, Rusia y China insisten en que se debe llegar a algún acuerdo mediante el plan de paz de Kofi Annan, que hasta ahora no se ha respetado.
Mohamed Sermini, un portavoz del Consejo Nacional Sirio, atribuyó la responsabilidad del hecho a las fuerzas del régimen de Bashar al-Assad e hizo un llamado a los supervisores internacionales encargados de hacer seguimiento a la situación de este país, para que tomen medidas en pro de un cese el fuego.
Ante la cruel situación, el gobierno estadounidense instó nuevamente a tomar acciones para lograr la paz y aumentar las sanciones estipuladas en el capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas, que permite aislar totalmente a un país con estas medidas.
"Esperamos que todos los países responsables se adhieran pronto a tomar acciones apropiadas contra el régimen sirio, especialmente, si es necesario, a acciones en el Consejo de Seguridad de la ONU en el marco del capítulo VII, como lo pidió la Liga Árabe", señaló este miércoles el secretario del Tesoro de EE.UU., Timothy Geithner.
Pese a la oposición de los aliados del régimen, China y Rusia, quienes no aprueban una intervención de la ONU, Geithner afirmó que "en ausencia de signos serios de conciliación de parte del régimen de Al Asad, iremos muy pronto en esa dirección".
Por su parte, el canciller italiano, Giulio Terzi, manifestó el temor de su país sobre un "genocidio" en Siria. "La línea de Damasco es clara: defiende su supervivencia mediante una ola de terror contra la población, con sistemas directos y brutales y alimentando artificialmente los conflictos entre las diferentes sectores de la sociedad", señaló.
El pasado sábado, la Liga Árabe pidió a la ONU recurrir al capítulo VII para imponer sanciones diplomáticas al régimen de al-Assad y suspender las relaciones con el régimen. Sin embargo, Rusia y China insisten en que se debe llegar a algún acuerdo mediante el plan de paz de Kofi Annan, que hasta ahora no se ha respetado.
