El enviado especial de las Naciones Unidas para Siria dice que el este de Alepo podría ser “totalmente destruido” para fines de año debido a las “crueles y constantes” actividades militares en la ciudad donde unos 275.000 civiles están sitiados.
En una conferencia de prensa, el jueves, el enviado de la ONU Staffan de Mistura y su asesor especial, Jan Egeland, también pidieron al grupo rebelde al Nusra que vea la destrucción y devastación que sus acciones están causando a los civiles en el país.
“Unos 1.000 de ustedes están decidiendo el destino de 275.000 civiles”, dijo Mistura. También criticó a los rusos por lo que dijo era un excesivo bombardeo del este de Alepo, poniendo en riesgo a los civiles de la ciudad por un comparativamente pequeño número de combatientes rebeldes.
También el jueves, el grupo Estado Islámico se atribuyó responsabilidad por la explosión de una bomba que causó al menos 20 muertos, la mayoría de los cuales eran combatientes de oposición respaldados por Turquía junto a la frontera noroeste de Siria con Turquía.
Un coche bomba suicida atacó un convoy de tropas rebeldes cerca del cruce fronterizo en la población de Atmeh, a poca distancia de donde los rebeldes y el grupo yihadista habían estado luchando a lo largo de la frontera.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres, dice que el número de víctimas es 21.
El grupo ISIS se atribuyó responsabilidad por el ataque.
Entre los muertos están un juez y otra figura judicial civil de alto rango del este de Alepo, en poder de los rebeldes, de acuerdo con un rebelde.
Un testigo dijo a Reuters que la mayoría de los muertos en la explosión eran miembros del grupo Failiq al-Sham, que ha estado luchando junto a soldados turcos para derrotar a ISIS.