Ante la ausencia de resultados tras la visita de la Liga árabe a Siria y la falta de cooperación del gobierno de Bashar Al Asad para detener el sangriento conflicto que se presenta en dicho país, el Consejo de Seguridad del la ONU se reúne para definir las acciones que se tomarán en busca que termine la represión en ese país y que Al Asad deje el poder para dar paso a un gobierno de unidad nacional.
A la reunión asisten varios cancilleres, entre los que están el de Francia, Alain Juppé, y Reino Unido, William Hague, así como el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, y la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, quien aseguró que el "reino del terror de Asad terminará y el pueblo de Siria tendrá la posibilidad de elegir su propio destino".
En su discurso, Clinton preguntó sobre “cuántos civiles inocentes más morirán antes de que el país sea capaz de avanzar hacia el tipo de futuro que merece".
“Estados Unidos pide al Consejo de Seguridad que apoye la exigencia de la Liga Árabe de que el gobierno de Siria frene todos los ataques contra civiles y garantice la libertad de protesta”, afirmó la Secretaria de Estado de EE.UU.
Por su parte, el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, solicitó al máximo órgano de decisiones de la ONU que respalde su plan de transición y trabaje por detener la violencia en Siria.
Sin embargo, en la reunión también participa Rusia, miembro permanente de este consejo con derecho a veto y fiel aliado de Al Asad. Su embajador, presente en la reunión, afirmó que “la ONU no se debe inmiscuir en un conflicto interno”, que según datos del mismo organismo, ya deja más de 5.000 muertos.