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EE.UU. considera cobarde que al-Assad invite a matar


El presidente sirio afirmó que los grupos rebeldes buscan desestabilizar la nación en materia social y económica e instó a sus fieles a continuar con la lucha.
El presidente sirio afirmó que los grupos rebeldes buscan desestabilizar la nación en materia social y económica e instó a sus fieles a continuar con la lucha.

El Departamento de Estado de EE.UU. reaccionó ante el discurso del mandatario sirio invitando a sus tropas a seguir en la guerra.

Tras el discurso del mandatario sirio, Bashar al-Assad, en el que instó a las tropas leales al régimen a continuar con la guerra, un vocero del Departamento de Estado de EE.UU. reaccionó calificando al régimen como “cobarde” y “despreciable”.

"Creemos que es una cobardía, francamente, que un hombre que se esconde exhorte a sus fuerzas armadas a continuar matando civiles de su propio país", señaló este miércoles Patrick Ventrell, portavoz de la oficina diplomática estadounidense.

En su discurso, al-Assad dice que el futuro de Siria depende de la lucha contra el enemigo y elogió a sus fieles por enfrentarse aguerridamente contra los grupos terroristas.

“El enemigo se sirve de sus agentes en el interior de Siria como puente para golpear la estabilidad de la nación, desestabilizar al ciudadano y seguir dañando nuestra capacidad económica”, señaló el mandatario.

Al-Assad se pronunció en un discurso con motivo del aniversario número 67 de las Fuerzas Armadas, donde también instó a las tropas a mantenerse firmes contra el enemigo, para evitar la conspiración contra el gobierno.

Respecto a los rebeldes que buscan la caída de su régimen, al-Assad dijo que estas personas que solo pretenden retractar el futuro de Siria, han sido derrotadas por los ciudadanos, y como respuesta a su debilitamiento han llevado a cabo “nuevas conspiraciones”.

Varias ciudades sirias han sido escenarios de fuertes enfrentamientos entre el Ejército leal al régimen y los rebeldes del Ejército Libre Sirio (ELS). Desde el sábado pasado el Ejército de Siria emprendió una ofensiva contra la ciudad de Alepo, el centro económico del país, con el objetivo de expulsar los grupos enemigos de la región.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, las muertes de este ataque van en 88 civiles y 29 efectivos del régimen.

El Ejército sirio también bombardeó distintas áreas de las provincias de Deraa (al sur de Siria) y Deir al Zur (este); mientras que el ELS ratificó el secuestro del jefe Mahmud Hasun, hermano del general de Siria, Ahmad Hasun, fiel colaborador de Al Assad.

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