El 1 de diciembre se conmemora el Día Mundial del Sida, una fecha que tiene el objetivo de apoyar a las personas que padecen esta enfermedad, crear conciencia entre la población, abordar la problemática y erradicar el estigma social que sigue vigente, de acuerdo con varias organizaciones.
“El Sida es la culminación de una progresión, de una serie de eventos que empieza con el virus del VIH (virus de la inmunodeficiencia humana), que acaba causando daños en el sistema inmunológico de los individuos”, explicó a la Voz de América el médico Edwin Bosa-Osorio, miembro de la Community Health of South Florida (CHI, por sus siglas en inglés) y que se ha especializado en el tratamiento de estos casos.
De acuerdo con este especialista, basado en Miami, Florida, hay varios mitos y realidades que, en su opinión, se deberían dar a conocer sobre esta enfermedad, precisamente para acabar con ese "estigma" en la comunidad homosexual, ya que es en ese segmento de población donde más casos de Sida se han reportado históricamente.
El doctor Bosa-Osorio ratifica que cualquiera puede contagiarse, independientemente de su preferencia sexual.
Persiste el estigma pero nadie está a salvo
Según el más reciente estudio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), publicado en 2019, “los hombres gay y bisexuales tanto adolescentes como adultos representaron el 69 % de los nuevos diagnósticos de infección por el VIH en Estados Unidos”.
“Definitivamente ese estigma todavía existe y todavía hoy en día hay un sinnúmero de personas que se sienten amenazadas, amedrentadas y avergonzadas de exponer su condición”, comenta Bosa-Osorio subrayando que, al mismo tiempo, “también se sienten cohibidos de poder buscar ayuda y diagnóstico”.
Pese a los datos estadísticos, el doctor recuerda que nadie está a salvo del contagio. “El problema es que se ha visto más en personas que han intimado y que han tenido un contacto directo físicamente. Pero nadie está exento de poderse contagiar, siempre y cuando haya el contacto directo”, agrega al respecto.
"Todos deberían hacerse una prueba al menos una vez en la vida"
Con ese contexto, el especialista médico consultado por VOA recomienda, siguiendo las indicaciones de los CDC, “que todos los individuos entre las edades de 13 y 65 años se hagan una prueba, al menos una vez en la vida”.
“Obviamente, las personas que están dentro de los grupos de alto riesgo debieran hacerse la prueba con más frecuencia”, al igual que “las personas que han tenido cambios de relaciones o personas que se han inyectado drogas ilícitas”, comenta.
El Dr. Bosa-Osorio también apunta a los avances médicos que han propiciado que el Sida es una enfermedad que se puede tratar satisfactoriamente. En el contexto de prevención también habla de la aparición de las pastillas PREP, “que básicamente implica la protección profiláctica, o sea, para evitar que haya ese contagio”.
“Tiene un 90 % de eficacia y, obviamente, las personas tienen que estar tomándola para poder evitar ese contagio. Por otro lado, también las personas que tienen el virus del VIH y que están tomando la medicina ante los retrovirales para este tipo de condición, sí tienen el control de la carga viral indetectable y podemos decir que ellos tienen una posibilidad ínfima de poder contagiar a otro individuo, siempre y cuando tengan esa carga viral indetectable”, recalca.
¿El VIH sigue siendo mortal?
Sin embargo, recuerda que la efectividad de los tratamientos y de las medicinas de prevención no son 100 % efectivas y que, en algunos casos, la situación de los pacientes puede agravarse.
“Hace 30 años que estoy tratando a pacientes con VIH, incluso empecé a ver a pacientes y darles tratamiento cuando todavía no teníamos medicinas eficaces para controlar la enfermedad. En aquel entonces, el virus era devastador y en muchas ocasiones cuando se veía al paciente, él ya estaba en las últimas, es decir, que tenía una serie de problemas y un sistema de inmunidad devastado y no había mucho que hacer”, comenta.
Pero en el momento en el que empezaron a aparecer las primeras medicinas, por allá el 1996, la situación cambió para estos pacientes. Gracias a las investigaciones clínicas, “se cambió el curso de este virus” hasta llegar al punto de que, en la mayoría de casos, el VIH no supone una amenaza para la vida de las personas infectadas.
Mayor inversión en educación
Con todo, el doctor defiende mayor inversión en educación para que la población en general conozca más acerca del VIH, los riegos de infección, la prevención y qué protocolos hay que seguir en caso de que alguien se haya infectado.
“Y también abordar la confusión que hay al pensar que las medicinas son tan costosas que son inaccesibles para muchas personas”, comenta recordando que hay programas, impulsados por organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), para sufragar los gastos de las personas infectadas con Sida.
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