Legisladores republicanos y demócratas mostraron su apoyo al ataque con misiles guiados ordenados por el presidente de EE.UU., Donald Trump, en respuesta al ataque químico del gobierno sirio, pero pidieron abrir un debate sobre la necesidad de autorización para acciones militares en Siria.
Estados Unidos y la comunidad internacional han responsabilizado a Siria con pruebas. El gobierno sirio lo niega.
Tanto líderes republicanos como demócratas en el Senado se mostraron de acuerdo con el mensaje mandado con el lanzamiento anoche desde dos destructores estadounidenses de 59 misiles guiados Tomahawk contra una base aérea militar en la provincia de Homs, en la primera acción militar estadounidense directa en Siria.
El influyente senador republicano y excandidato presidencial, John McCain, consideró que el ataque fue "apropiado" y constituyó el "comienzo" del fin de la política "fallida" del expresidente Barack Obama con respecto a Siria, donde la guerra civil cumple ya más de seis años.
El senador republicano Marco Rubio aseguró que la decisión de atacar al régimen de Asad fue "el movimiento correcto y fue legal", después de que Siria, con la mediación de Rusia, se comprometiera en 2013 a no volver a utilizar armas químicas y entregar todo su arsenal de este tipo de armas prohibidas por la ley internacional para su destrucción.
En un cambio de discurso no visto hasta ahora, el líder de la minoría demócrata en el senado, Chuck Schumer, indicó que "asegurarse de que (el presidente sirio Bachar al) Asad aprenda que pagará el precio por cometer actos despreciables es lo correcto".
No obstante, Schumer pidió que Trump y su equipo presenten "una estrategia" y consulten al Congreso antes de implementarla, mientras que la líder de la minoría demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, pidió una sesión urgente en el Congreso para debatir la escalada militar frente a Siria.
"El Congreso debe cumplir su responsabilidad constitucional y debatir una autorización para el uso de la fuerza militar contra una nación soberana", aseguró Pelosi en una carta al presidente de la Cámara, el republicano Paul Ryan.
Por su parte, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, aseguró que la acción militar era "justificada" debido a la importancia de defender la seguridad nacional e intereses estadounidenses en Oriente Medio, así como "por el obvio componente humanitario".
Spicer detalló hoy desde West Palm Beach (Florida), donde Trump se reunió anoche y esta mañana con el presidente chino, Xi Jinping, que el ataque se inició durante la cena de ambos mandatarios en el club privado de Mar-a-Lago.
Los misiles Tomahawk impactaron contra objetivos en la base aérea siria de Shayrat durante esa cena de trabajo, después de un proceso de decisión que se inició el martes horas después de un ataque con gas químico que dejó más de 80 civiles muertos en la localidad de Jan Shijún, en una zona bajo control de la oposición en la provincia de Idlib.
Trump informó personalmente a Xi del ataque nada más finalizada la cena entre ambos, mientras que la cúpula de Gobierno, incluido el vicepresidente, Mike Pence, y el secretario de Defensa, Rex Tillerson, llamaron a jefes de Estado y de gobierno aliados para informar de los detalles.
La acción tomada por Estados Unidos por el uso de armas químicas en Siria fue recibida positivamente por aliados como Reino Unido o Alemania, mientras que Rusia, a través del presidente, Vládimir Putin, lo calificó de un golpe a las relaciones entre Moscú y Washington que eleva el "riesgo de colisión" en Siria.
El Pentágono aseguró que informaron por los canales militares habilitados para evitar encontronazos a Rusia sobre la inminencia del ataque y se cuidaron de no causar víctimas entre los rusos desplegados en la base aérea Shayrat.