Casi 12 años después de que el expresidente George W. Bush retara a su país a hacer una reforma amplia a sus leyes de inmigración, este martes el Pleno de la Cámara de Senadores decidió comenzar a debatir el tema.
Por amplia mayoría (82 a favor y 15 en contra) los senadores aprobaron la moción que les permite iniciar con el debate sobre el anteproyecto de la reforma migratoria redactado por el Grupo de los Ocho y aprobada a finales de mayo por el Comité Judicial.
Ciudadanía para los millones de indocumentados que residen en Estados Unidos es una vieja promesa, pero para el actual mandatario estadounidense, Barack Obama, se trata de su principal bandera política en su segundo mandato. A pesar de ello no muchos confían en que realmente este año y en esta administración se logre reformar el sistema inmigratorio en Estados Unidos.
A pesar de que hay muchos puntos del anteproyecto que podrían cambiar, la propuesta original beneficiaría a unos 11 millones de indocumentados que no tengan prontuario policial, que paguen multas por $2.000 dólares y que pasen 10 años con un estatus provisional que les permita trabajar y viajar al extranjero.
Pero el verdadero diálogo a penas inicia y aunque muchos republicanos se han comprometido a reformar el sistema migratorio del país, proponen tantas enmiendas que seguramente provocarán una larga discusión entre demócratas y sus contrapartes.
Mitch McConnell, jefe de la bancada republicana, y senador por Kentucky, aseguró que votó en favor del debate pero que el proyecto de ley incluye "errores serios", que hay que solucionar.
"Votaré a favor de debatirlo y de enmendarlo, pero en los próximos días serán necesarios cambios importantes en este proyecto de ley si ha de convertirse en ley. Estos incluyen, pero no se limitan, a las áreas de seguridad fronteriza, beneficios gubernamentales e impuestos", dijo McConnell.
Por su parte, el líder de la mayoría del Senado, Harry Reid, se mostró más optimista y aseguró que “hay 11 millones de razones para aprobar esta reforma migratoria con sentido común, estas 11 millones de historias desgarradoras deberían motivar al congreso para aprobar esta reforma”.
"Aunque este proyecto de ley no provee una solución instantánea para las familias inmigrantes, si ofrece un camino a la ciudadanía que comienza cuando estas personas se formen al final de la fila, paguen impuestos y multas, y aprendan a hablar inglés”, dijo Reid.
Por amplia mayoría (82 a favor y 15 en contra) los senadores aprobaron la moción que les permite iniciar con el debate sobre el anteproyecto de la reforma migratoria redactado por el Grupo de los Ocho y aprobada a finales de mayo por el Comité Judicial.
Ciudadanía para los millones de indocumentados que residen en Estados Unidos es una vieja promesa, pero para el actual mandatario estadounidense, Barack Obama, se trata de su principal bandera política en su segundo mandato. A pesar de ello no muchos confían en que realmente este año y en esta administración se logre reformar el sistema inmigratorio en Estados Unidos.
A pesar de que hay muchos puntos del anteproyecto que podrían cambiar, la propuesta original beneficiaría a unos 11 millones de indocumentados que no tengan prontuario policial, que paguen multas por $2.000 dólares y que pasen 10 años con un estatus provisional que les permita trabajar y viajar al extranjero.
Pero el verdadero diálogo a penas inicia y aunque muchos republicanos se han comprometido a reformar el sistema migratorio del país, proponen tantas enmiendas que seguramente provocarán una larga discusión entre demócratas y sus contrapartes.
Mitch McConnell, jefe de la bancada republicana, y senador por Kentucky, aseguró que votó en favor del debate pero que el proyecto de ley incluye "errores serios", que hay que solucionar.
"Votaré a favor de debatirlo y de enmendarlo, pero en los próximos días serán necesarios cambios importantes en este proyecto de ley si ha de convertirse en ley. Estos incluyen, pero no se limitan, a las áreas de seguridad fronteriza, beneficios gubernamentales e impuestos", dijo McConnell.
Por su parte, el líder de la mayoría del Senado, Harry Reid, se mostró más optimista y aseguró que “hay 11 millones de razones para aprobar esta reforma migratoria con sentido común, estas 11 millones de historias desgarradoras deberían motivar al congreso para aprobar esta reforma”.
"Aunque este proyecto de ley no provee una solución instantánea para las familias inmigrantes, si ofrece un camino a la ciudadanía que comienza cuando estas personas se formen al final de la fila, paguen impuestos y multas, y aprendan a hablar inglés”, dijo Reid.