El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, eligió al director general de Exxon Mobil, Rex Tillerson, para liderar el Departamento de Estado y tiene previsto anunciar su nombramiento este martes por la mañana, según dijo su equipo de transición en un comunicado.
El nombramiento de Tillerson es otro desafío de Trump hacia un número creciente de prominentes republicanos y demócratas que han expresado preocupación por los nexos personales del nominado con Rusia y, sobre todo, con su presidente, Vladimir Putin.
En una entrevista el domingo con Fox News Sunday, Trump dijo que el ejecutivo petrolero era un "jugador de clase mundial”, pero su confirmación podría ser complicada. Trump necesitará trabajar para conseguir el apoyo de la bancada republicana que tiene que ratificarlo, aunque tiene la ventaja de que ningún nominado al gabinete ha sido rechazado por el Senado desde 1989.
Los republicanos tienen 52 escaños en el Senado y se necesitan 50 votos para confirmarlo. Al menos cuatro senadores han expresado públicamente reservas sobre Tillerson: John McCain (Arizona), Marco Rubio (Florida), Lindsay Graham (Carolina del Sur) y James Lankford (Oklahoma).
Trump también consideró al exgobernador de Massachusetts Mitt Romney, que en su día fue un destacado crítico del empresario, y al senador por Tennessee, Bob Corker, que preside la Comisión de Relaciones Exteriores, para el cargo.
Romney escribió en Facebook el lunes por la noche que "fue un honor haber sido considerado" para el cargo.
Tillerson de 64 años, no tiene ninguna experiencia en un puesto de gobierno, pero sí una brillante carrera de más de 40 años en Exxon Mobil, donde comenzó como ingeniero hasta convertirse en director ejecutivo de una de las empresas más grandes, fuertes e influyentes del mundo.
Ha hecho grandes negocios, como la compra de XTO Energy en 2009, y cantidad de ellos han sido con Rusia, que en 2013 le confirió la medalla “Orden de Amistad”. Pero igual ha cultivado amistades y ha hecho negocios en países como Arabia Saudita, Yemen y Qatar.
De acuerdo al Washington Post, el equipo de Trump planea una agresiva campaña de relaciones públicas para tratar de desmitificar lo que considera como falsa narrativa sobre los nexos rusos de Tillerson.
En este proceso ha reclutado el concurso de los ex secretarios de Estado, Condoleeza Rice y James Baker, y del ex secretario de Defensa, Robert Gates, que tienen previsto hablar apoyando a Tillerson este mismo martes.
