El descontento social se disparaba el jueves en Argentina con un nuevo paro nacional de docentes en reclamo de un aumento salarial en medio del contexto inflacionario, así como protestas del mismo tenor en la provincia norteña de Misiones que incluyen a policías y médicos.
La Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina y los cuatro sindicatos enrolados en la Confederación General del Trabajo, la principal central sindical del país, son los convocantes al paro, el tercero que tiene lugar en el sector educativo desde que el ultraliberal Javier Milei asumió la presidencia en diciembre.
El mandatario no se refirió a la protesta en sus redes sociales, donde permanentemente expresa sus opiniones. En cambio posteó la última portada de la revista estadounidense Time centrada en su figura en la que es calificado de “radical” que está “shockeando” al mundo.
La huelga de 24 horas afecta a todos los niveles educativos, desde el inicial al universitario, aunque no se cumplía con la misma intensidad en los distintos distritos. En la capital, colegios privados y también públicos tenían sus puertas abiertas con una afluencia irregular de profesores.
La medida fue acompañada de una movilización de decenas de maestros a las cercanías del Congreso a la que se sumaron diputados del Frente de Izquierda portando carteles de apoyo.
Profesores universitarios se quejaron de que en los últimos cuatro meses sus salarios han perdido 50 % de su valor y los incrementos que el gobierno ha dado han sido insuficientes.
Pese a que el gobierno ha conseguido desacelerar la inflación a un dígito mensual (8,8 % en abril) los bolsillos de los argentinos siguen sufriendo la pérdida de poder adquisitivo y la pobreza se ha incrementado golpeando a más del 41 % de la población de unos 47 millones de habitantes en un contexto recesivo. El primer trimestre del año cerró con una caída interanual de la economía de 5,3 %.
Los docentes reclaman al gobierno que ponga en marcha una negociación salarial a nivel nacional, tal como ya ha tenido lugar en otros sectores, en un contexto de inflación anual de 289,4% y la restitución de un fondo docente que contribuía a mejorar los sueldos y que Milei eliminó en el marco del ajuste del gasto público. Según sostienen, la desaparición del mismo implica una disminución del salario de entre 10 % y 20 %.
Los docentes también exigen mayor financiamiento para las escuelas y las universidades públicas, ayudas para comedores escolares, el cese de los despidos y la reincorporación de los despedidos.
Sobre el reclamo docente el portavoz presidencial Manuel Adorni dijo a periodistas que "este es un país federal y dentro de las cuestiones que deben resolver las provincias está el salario docente. No hay previsto hasta ahora ningún tipo de convocatoria”.
En tanto en la provincia de Misiones, en el noreste de Argentina, las protestas de los empleados públicos en demanda de incrementos salariales fueron escalando en los últimos días. Los docentes, que se adhieren al paro nacional, mantienen a su vez un pulso con el gobierno provincial junto con policías, médicos y otros trabajadores de la salud.
Las provincias argentinas han sufrido un recorte de partidas presupuestarias de parte del gobierno nacional en el marco de las medidas de reducción del déficit fiscal que implementó Milei con el argumento de equilibrar las cuentas y domar la inflación.
Algunos grupos de docentes acampan en una de las avenidas de Posadas, la capital de Misiones, y otros mantienen bloqueada una ruta nacional. Manifestantes señalaron que los docentes pertenecientes al escalafón más bajo deberían cobrar al menos 700.000 pesos mensuales (unos 770 dólares).
En tanto, la sede de la cartera de Salud provincial fue ocupada por trabajadores del sector que exigen un 100 % de aumento salarial. A su vez, policías en huelga desde hace una semana advirtieron que las autoridades tendrán que hacer “un esfuerzo extraordinario” para cumplir con sus expectativas de incremento salarial.
“No pueden venir con un 15 % (de incremento) y luego con un 20 %. Es una falta de respeto”, dijo Ramón Amarilla, portavoz de la protesta policial.
El gobierno de Misiones afirmó que los efectivos podrían ser despedidos. El portavoz presidencial señaló que el gobierno garantizará "que la gente esté protegida, sea por la policía local o por las fuerzas federales”.
Las protestas sociales se vienen sucediendo sin descanso desde la asunción de Milei, que ha advertido que seguirá adelante con las políticas de ajuste que considera necesarias para corregir las distorsiones de la economía.
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