"¡Hola, hola,hola... digo yo, es tiempo para...! Es la tonada de la canción que resuena durante el círculo de apertura de la clase de la maestra Mirna Mendoza. Bailando y al ritmo de una guitarra un grupo de niños de edad preescolar contesta: "¡Hablar español!".
¿Hay algo raro en la canción?. Nada, en especial porque Mendoza es maestra de español, los niños que responden y que en su gran mayoría están acompañados por sus padres - porque la clase se llama "Mis Padres y Yo"- repiten cada palabra con una pronunciación casi perfecta.
Este panorama es de lo más normal en escuelas de Colombia, México, El Salvador, Perú, Argentina y otros países de América Latina. Lo único diferente aquí es que la clase se desarrolla en el área de la bahía de San Francisco y que los alumnos y sus padres provienen, en su mayoría, de familias estadounidenses y el español no es su primera lengua, sino el inglés.
Mendoza, nativa de México, trabaja para ¡Viva el Español! y sobre sus hombros recae la misión de que sus alumnos estadounidenses aprendan todas las materias en la lengua nativa que ella habla, y al mismo tiempo alcancen otros objetivos como la convivencia intercultural.
Mendoza usa la música como su principal arma para transmitir sus conocimientos del idioma: "La pera… la pera… tengo una pera... La naranja… la naranja… es de color naranja". Repitiendo estas sencillas palabras en un ritmo pegajoso, mostrando e invitando a tocar las frutas y usando ahora un cajón peruano, hace que sus pupilos hablen español casi sin darse cuenta.
La maestra tiene conocimientos de música, y ello, sumado a su buen manejo del español está aportando una sensibilidad y entusiasmo por dicha lengua en sus alumnos. Estas características también la llevaron a formar parte de la organización para la cual trabaja.
¡Viva el Español!
¡Viva el Español! Es una de las instituciones ubicada en el área de la bahía de San Francisco, que se está encargando de enseñar el español y enseñarlo bien.
Viva, como es mejor conocido, ofrece clases de español en más de 30 escuelas públicas como privadas distribuidas en 12 distritos escolares.
El centro también ofrece clases para niños, adultos y tutorías privadas en sus oficinas ubicadas en la ciudad de Lafayette, California, y en el condado de Marin.
Con 14 años de experiencia esta entidad ha implementado una metodología única la cual se actualiza año a año.
Margaret Grover-Roos directora y fundadora de la institución dijo que su filosofía ha sido pensada en aplicar las mejores herramientas que den bases sólidas del idioma español a los niños.
"Los niños aprenden mejor por medio del juego, de ahí que todas nuestras actividades son lúdicas... por medio de actividades donde se incluyen todos los sentidos. Los niños casi ni se dan cuenta que están aprendiendo. La parte multisensorial es muy importante para nosotros".
De acuerdo a Grover, esa parte multisensorial favorece en gran medida la comprensión del idioma y explica porqué la clase de "Mis Padres y Yo" usa una serie de recursos que implican los cinco sentidos para enseñar. En dicha clase no es raro ver a un grupo de pequeños sentados en medio de un disco de tela multicolor que simula un paracaídas enumerando los colores al ritmo de una canción pegajosa.
Además una de las ventajas que se suman a estas técnicas, a la hora de aprender español, es que todos sus maestros son hispanohablantes nativos.
Estos docentes usan la cultura de su país para personalizar cada clase y dar un enfoque diferente de la lengua a alumnos anglosajones, afroamericanos o asiáticos.
Muchos de ellos pueden distinguir las diferentes connotaciones que tiene una misma palabra en español para diferentes países que hablan la misma lengua como el caso de coche, carro, automóvil y otras.
Para Grover cuando un nativo enseña su idioma no solo está transmitiendo el conocimiento de la lengua; sino algo más. Parte de la experiencia de la enseñanza del español es que quien aprende el idioma, adquiere también el conocimiento de otras culturas.
El bilingüismo crea un entorno antiprejuicios
Para los hablantes nativos del español y para los profesionales que lo promueven como un segundo idioma, el valor de ser bilingüe es incalculable y va más allá de una simple competencia laboral o un pasatiempo.
Erica Castro, directora de programas comunitarios en una escuela bilingüe ubicada también en el área de la bahía, dijo que "las personas que aprenden un segundo idioma no solo llegan a conocer la lengua. En su proceso de estudiarlo también investigan sobre la cultura relacionada con esa lengua, y ese conocimiento les ayuda a comprender y respetar las diferencias".
Castro atiende a niños que hablan inglés y español desde preescolar hasta octavo grado, la distribución académica de sus unidades de estudio es en partes iguales en ambos idiomas.
En tercer grado dominan casi a la perfección ambos idiomas y están listos para comenzar a aprender un tercer idioma.
El español en cifras
Según la Oficina del Censo de Estados Unidos se estima que en territorio estadounidense cerca de 41 millones de personas hablan español en sus hogares y que para el año 2060 esta nación será el segundo país hispanohablante más grande, solo después de México.
¿Casualidad?
No, según las profesionales entrevistadas, en el área de la enseñanza del español como segundo idioma, que haya tantas personas hablándolo encuentra sus raíces en varios argumentos, pero quizá uno de los más importantes es la diversidad cultural que tiene su encuentro en Estados Unidos por razones históricas.
Además, el español es el segundo idioma más estudiado después del inglés, en todos los niveles de enseñanza en Estados Unidos, esto debido a la relevancia que tiene.
En censos anteriores se conoció que un promedio de 7.4 millones de estudiantes de etapas primaria y secundaria recibieron clases de español durante el año escolar 2014-2015, en comparación con 1.3 millones que estudiaron francés o los casi 331 mil que se matricularon en clases de alemán.
Para California por ejemplo, el estado más poblado de Estados Unidos, el español es la segunda lengua en número de hablantes con un 35.8 por ciento aproximadamente.
No es raro entonces que justo en el área de la bahía el español gane terreno día con día y que el crecimiento de instituciones o escuelas bilingües (inglés - español) sea una realidad y tengan una gran demanda entre personas que no son hispanas.