Cuando el colombiano Samuel Trujillo decidió manejar su auto miles de kilómetros, junto a su novia, desde Florida hasta California, en busca de nuevas oportunidades, jamás se imaginó que pronto se darían frutos y, mucho menos, llegar a ser parte del equipo de una de las películas ganadoras de los premios Óscar: Anona.
Salió de Bogotá hace cuatro años. Después de estudiar ingeniería de sonido en Orlando, el joven de 22 años decidió empacar seis maletas y manejar rumbo a Los Ángeles, “sin un plan claro”, pero con el sueño de embarcarse en la industria del entretenimiento audiovisual, según contó en entrevista con la Voz de America.
Después de “tocar muchas puertas, mandar un montón de correos”, Echo Sound, una empresa ubicada en California, lo empleó para una pasantía. Después de tres meses, lo contrataron y, desde hace un año trabaja allí, momento en el que cineasta estadounidense Sean Baker se comunicó con esta productora para trabajar con ella.
De esta manera, Samuel se convirtió en el coordinación de la posproducción del audio de la película, bajo la coordinación de los supervisores de sonido del proyecto John Warrin y Andy Hay.
“Trabajaba más que todo con los productores… Yo me encargaba justo de recibir información del equipo, de los productores y, junto a mi jefe, nosotros nos encargamos de distribuir toda esa información entre nuestro equipo de sonido, que son los editores de diálogo, los editores de efectos, del foley - efectos de sonido-”, además de coordinar las sesiones para que los actores grabaran en estudio.
Los retos de Anona
Según Trujillo, trabajar en el equipo de postproducción de audio de Anona, que se alzó con cinco premios Oscar, incluidos mejor película, mejor director, mejor actriz, mejor guión y mejor montaje, fue “una locura”, una “experiencia surreal”.
La diferencia de este filme frente a otros, según el ingeniero colombiano es que, al ser una película independiente, hay poca gente participando en el proceso, lo que hace al proyecto “más fácil”.
“La comunicación es más fácil. El director y los productores tienen una visión muy clara de lo que quieren. Eso marca la diferencia, a diferencia de una película que no es independiente… Hay un montón de departamentos en las películas que… hace que justo todo el proceso edición sea un poquito más complicado”, explicó Trujillo a la VOA.
No obstante, también tuvo que sortear diferentes desafíos, como la edición de la imagen: “Lo más importante era justo tener que actualizar a todo el equipo, tener a todo el mundo actualizado para que todos estemos en la misma página, y no perdamos y no estemos desincronizados en ninguna parte, pues como son archivos tan grandes y es un equipo tan grande, entonces muy importante siempre estar muy bien comunicados con el cliente y con el equipo”.
Anora, dirigida por Sean Baker, contó con un presupuesto de producción bajo, respecto al promedio de las películas en Hollywood: 6 millones de dólares. Una situación que, según Trujillo, no marcó la diferencia ni “afectó” proceso a la hora de trabajar.
Aunque el joven contó a la VOA que ya ha trabajado en equipos de diferentes producciones, incluso con participación de festivales de cine como Sundance, de Utah, y actores reconocidos como David Schwimmer, su carrera hasta ahora está comenzando, pero insiste en que la superación consiste en “mantener siempre la actitud, siempre estar positivo, tener muy claro sus metas y así lograr cualquier cosa”.
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