A pesar de esfuerzos globales de salud pública sin precedentes, más de 2 millones de personas se infectan con el VIH, el virus que causa el SIDA, cada año.
“Hay un pregunta real sobre cómo reducir ese número y como llegar a un lugar donde la epidemia está realmente en declinación” dice Jacob Bor, economista de salud de Boston University.
Esa pregunta es especialmente apremiante para Botswana, donde casi una cuarta parte de la población está infectada. Muchos expertos creen que cuanto más educación tiene la gente, menos probable es que contraiga el virus, pero ha sido difícil de probar.
En 1996, Botswana hizo un cambio en su sistema educativo que ofreció un experimento natural. El gobierno cambió el décimo grado escolar a la escuela secundaria junior, que previamente terminaba en el noveno grado.
Los investigadores querían ver qué impacto tenía ese año adicional de escuela años más tarde, cuando los estudiantes llegaran a la adultez.
“Los efectos fueron grandes y nos sorprendió cuán grandes eran” dice Bor.
El estudio, publicado en la revista The Lancet Global Health, encontró que el riesgo de infección cayó en aproximadamente un 8 por ciento, de 25 por ciento a 17 por ciento. El efecto fue aún mayor para las mujeres: casi un 12 por ciento.
Y resultó ser económico, costando aproximadamente lo mismo que otras estrategias de prevención.
“Pienso que este estudio realmente provee evidencia de que debemos considerar la escuela formal, particularmente la secundaria, como parte de la prevención del VIH" indicó Bor.
En un comentario al respecto, la economista de salud Karen Grepin de New York University dijo que el estudio provee fuerte y convincente evidencia que la educación puede bajar el riesgo de VIH. Pero, agregó, hay más que lograr.
No está claro cómo la educación disminuye el riesgo de VIH. Mejores perspectivas de trabajo pueden ser un factor, especialmente para las mujeres. O el tiempo adicional de clase puede mejorar las habilidades cognitivas que ayudan a la gente a hacer mejores decisiones.