La obesidad puede tener múltiples orígenes y un reciente estudio sugiere que las costumbres de los padres a la hora de alimentar a sus hijos puede ser una de ellas.
Las últimas estadísticas que muestran al sobrepeso como un problema que empieza a temprana edad puede plantean a los padres de familia la interrogante de si su propio comportamiento no aumenta el riesgo de obesidad en sus hijos.
Los padres muestran la tendencia de exigir a sus hijos que se alimenten en cantidades a veces mucho mayores de las que deberían recibir. Y esto se demuestra en la exigencia de terminar, por ejemplo, un tetero de leche a la hora de acostarse.
Investigadores de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill examinaron el comportamiento de los padres a la hora de alimentar a sus hijos y el riesgo de obesidad al que los exponen, y el resultado es que cerca al 50 por ciento de los padres encuestados admitieron tal exigencia.
A ello se añade el mal hábito de acostumbrarlos, a muy temprana edad, a mirar televisión desoyendo las recomendaciones de los pediatras que consideran esa rutina como muy perjudicial para una buena salud.
De acuerdo al estudio, ese hábito varía en dependencia de los grupos raciales, y son los hispanos los que en mayor medida tratan de evitar que sus hijos estén mucho tiempo frente al televisor.
Las recomendaciones del estudio señalan que los padres deben consultar con el pediatra de sus hijos la mejor manera de encarar los hábitos familiares para cambiar comportamientos que pueden hacerles mucho daño a los menores.
Las últimas estadísticas que muestran al sobrepeso como un problema que empieza a temprana edad puede plantean a los padres de familia la interrogante de si su propio comportamiento no aumenta el riesgo de obesidad en sus hijos.
Los padres muestran la tendencia de exigir a sus hijos que se alimenten en cantidades a veces mucho mayores de las que deberían recibir. Y esto se demuestra en la exigencia de terminar, por ejemplo, un tetero de leche a la hora de acostarse.
Investigadores de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill examinaron el comportamiento de los padres a la hora de alimentar a sus hijos y el riesgo de obesidad al que los exponen, y el resultado es que cerca al 50 por ciento de los padres encuestados admitieron tal exigencia.
A ello se añade el mal hábito de acostumbrarlos, a muy temprana edad, a mirar televisión desoyendo las recomendaciones de los pediatras que consideran esa rutina como muy perjudicial para una buena salud.
De acuerdo al estudio, ese hábito varía en dependencia de los grupos raciales, y son los hispanos los que en mayor medida tratan de evitar que sus hijos estén mucho tiempo frente al televisor.
Las recomendaciones del estudio señalan que los padres deben consultar con el pediatra de sus hijos la mejor manera de encarar los hábitos familiares para cambiar comportamientos que pueden hacerles mucho daño a los menores.