Una hamburguesa de un restaurante de comida rápida puede que sea barata, pero como tantas veces lo barato puede ser caro y en este caso el costo se traslada a los contribuyentes.
Según un informe del Centro de Investigación y Educación Laboral de la Universidad de California en Berkeley, más de la mitad de los trabajadores de los restaurantes de comida rápida en Estados Unidos reciben algún tipo de ayuda pública a un costo de casi $7 mil millones de dólares anuales para los contribuyentes.
Scott DeFife, vicepresidente Ejecutivo de Política y Asuntos de Gobierno de la Asociación Nacional de Restaurantes, el grupo de presión más grande en la industria de servicios de alimentos, calificó el informe de "engañoso".
El ejecutivo recordó que los puestos de comida rápida pueden servir de trampolín hacia empleos mejor remunerados.
”Además de proporcionar más de 13 millones de oportunidades de empleo, la industria de restaurantes es uno de los mejores caminos para alcanzar el sueño americano. Un 80% de los dueños de restaurantes comenzaron su carrera desde abajo. De hecho, nueve de cada 10 asalariados empezaron como trabajadores por hora", afirmó DeFife.
"Fue sorprendente el hallazgo del tamaño para los contribuyentes", dijo Ken Jacobs, presidente del Centro de la Universidad de California y coautor del informe. “A quienes trabajan en los restaurantes de comida rápida se les paga tan poco que tener que depender de la asistencia pública es la regla y no la excepción, incluso para aquellos que trabajan 40 horas o más a la semana", explicó.
A principios de este año los trabajadores de comida rápida en 60 ciudades de Estados Unidos se declararon en huelga pidiendo mejores salarios para poder vivir sin tener que depender de la asistencia pública.
El informe sostiene que la industria de la comida rápida mueve unos $200 mil millones al año, pero el salario promedio de los trabajadores de primera línea en los restaurantes de comida rápida a nivel nacional es de $8,69 dólares por hora y sólo el 13% de los puestos de trabajo proporcionan beneficios de salud, indica el informe.
Son precisamente los bajos salarios y la falta de beneficios de salud llo que principalmente contribuyen a que los trabajadores dependan de los programas como Medicaid, el Programa de Seguro Médico para Niños y los cupones de alimentos, agrega el estudio. A este costo se agregan unos $2 mil millones de dólares como créditos de impuestos para los trabajadores de los restaurantes de comida rápida, un crédito fiscal reembolsable principalmente para las familias de ingresos bajos a medianos con niños.
El informe agrega que los trabajadores de comida rápida inscritos en la asistencia pública son más del doble de la tasa de la población activa total. Según la economista de la Universidad de Berkeley, Sylvia Allegretto, el costo se traduce a los contribuyentes aunque “permanece oculto en los debates de política nacional sobre la pobreza, el empleo y el gasto público".
El informe de Berkeley fue financiado por Food Fast Forward, una coalición de trabajadores, grupos religiosos y comunitarios que luchan por salarios más altos y derechos en el empleo para los trabajadores de la industria de comida rápida de la ciudad de Nueva York.
Según un informe del Centro de Investigación y Educación Laboral de la Universidad de California en Berkeley, más de la mitad de los trabajadores de los restaurantes de comida rápida en Estados Unidos reciben algún tipo de ayuda pública a un costo de casi $7 mil millones de dólares anuales para los contribuyentes.
'Engañoso'
'Engañoso'Scott DeFife, vicepresidente Ejecutivo de Política y Asuntos de Gobierno de la Asociación Nacional de Restaurantes, el grupo de presión más grande en la industria de servicios de alimentos, calificó el informe de "engañoso".
El ejecutivo recordó que los puestos de comida rápida pueden servir de trampolín hacia empleos mejor remunerados.
”Además de proporcionar más de 13 millones de oportunidades de empleo, la industria de restaurantes es uno de los mejores caminos para alcanzar el sueño americano. Un 80% de los dueños de restaurantes comenzaron su carrera desde abajo. De hecho, nueve de cada 10 asalariados empezaron como trabajadores por hora", afirmó DeFife.
A principios de este año los trabajadores de comida rápida en 60 ciudades de Estados Unidos se declararon en huelga pidiendo mejores salarios para poder vivir sin tener que depender de la asistencia pública.
El informe sostiene que la industria de la comida rápida mueve unos $200 mil millones al año, pero el salario promedio de los trabajadores de primera línea en los restaurantes de comida rápida a nivel nacional es de $8,69 dólares por hora y sólo el 13% de los puestos de trabajo proporcionan beneficios de salud, indica el informe.
Son precisamente los bajos salarios y la falta de beneficios de salud llo que principalmente contribuyen a que los trabajadores dependan de los programas como Medicaid, el Programa de Seguro Médico para Niños y los cupones de alimentos, agrega el estudio. A este costo se agregan unos $2 mil millones de dólares como créditos de impuestos para los trabajadores de los restaurantes de comida rápida, un crédito fiscal reembolsable principalmente para las familias de ingresos bajos a medianos con niños.
El informe agrega que los trabajadores de comida rápida inscritos en la asistencia pública son más del doble de la tasa de la población activa total. Según la economista de la Universidad de Berkeley, Sylvia Allegretto, el costo se traduce a los contribuyentes aunque “permanece oculto en los debates de política nacional sobre la pobreza, el empleo y el gasto público".
El informe de Berkeley fue financiado por Food Fast Forward, una coalición de trabajadores, grupos religiosos y comunitarios que luchan por salarios más altos y derechos en el empleo para los trabajadores de la industria de comida rápida de la ciudad de Nueva York.