Aviones de combate rusos llevaron a cabo un segundo día de ataques aéreos en Siria, dirigidos no solo a militantes del grupo extremista Estado Islámico sino, según observadores independientes, a combatientes respaldados por Estados Unidos.
El ministro de Defensa ruso dijo en un informe televisado que aviones rusos habían atacado una docena de objetivos de ISIS, incluyendo un centro de comando y dos depósitos de municiones.
Sin embargo, el Kremlin reconoció que también atacó “una lista” de grupos más allá de los extremistas. “Estas organizaciones son bien conocidas y los objetivos son elegidos en coordinación con las fuerzas armada sirias” dijo el portavoz Dmitry Peskov a los periodistas el jueves.
Sus palabras condicen una declaración emitida el miércoles por el jefe de personal del presidente Vladimir Putin, quien dijo que las incursiones estaban dirigidas solamente a ayudar al gobierno sirio a luchar contra el grupo Estado Islámico.
Los ataques aéreos del jueves impactaron en áreas donde opera el grupo rebelde Tajamu Alezzah, respaldado por EE.UU. dijo el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
En el Pentágono, el secretario de Defensa, Ash Carter, dijo el miércoles que los ataques aéreos rusos en Siria afectaron áreas donde probablemente no había militantes de ISIS.
Una fuente del Pentágono que exigió el anonimato dijo a la Voz de América que el grupo extremista está concentrado en las ciudades de Raqqa y Alepo y en la ciudad oriental de Deir al-Zour. En contrataste, muchos combatientes y otros oponentes al régimen de Bashar al-Assad están en Homs.
