El Kremlin está recurriendo a estadounidenses incautos y a empresas comerciales de relaciones públicas en Rusia para difundir desinformación sobre la contienda presidencial estadounidense, dijeron el lunes altos funcionarios de inteligencia, mientras detallaban los últimos esfuerzos de los adversarios de Estados Unidos para moldear la opinión pública antes de las elecciones de 2024.
La advertencia se hizo tras unas semanas tumultuosas en la política estadounidense que han llevado a Rusia, Irán y China a reajustar rápidamente sus estrategias propagandísticas. Lo que no ha cambiado, según los servicios de inteligencia, es la determinación de estos países para sembrar en internet afirmaciones falsas e incendiarias sobre la democracia estadounidense para socavar la fe en las elecciones.
“El público estadounidense debe saber que el contenido que lee en línea —especialmente en las redes sociales— podría ser propaganda extranjera, incluso si parece provenir de compatriotas u originarse en Estados Unidos”, dijo un funcionario de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional que informó a los periodistas bajo condición de anonimato en apego a las normas establecidas por la oficina del director.
Rusia sigue representando la mayor amenaza en lo que respecta a la desinformación electoral, según las autoridades, mientras que hay indicios de que Irán está ampliando sus actividades y China procede con cautela en lo referente a 2024.
Los grupos vinculados al Kremlin contratan cada vez más a empresas de marketing y comunicación situadas en Rusia, tanto para externalizar el trabajo de creación de campañas como para ocultar su rastro, explicaron los funcionarios durante la reunión informativa con los periodistas.
Dos de estas empresas fueron objeto de nuevas sanciones estadounidenses anunciadas en marzo. Las autoridades afirman que las dos empresas rusas crearon sitios web y perfiles falsos en redes sociales para difundir la desinformación del Kremlin.
La desinformación puede centrarse en los candidatos o en las votaciones, o en cuestiones que ya son objeto de debate en Estados Unidos, como la inmigración, la delincuencia o la guerra en Gaza.
El objetivo final, sin embargo, es conseguir que los estadounidenses difundan la desinformación rusa sin cuestionar su origen. Según los funcionarios, es mucho más probable que la gente confíe y publique información que cree que procede de una fuente nacional. Los sitios web falsos diseñados para imitar a los medios de comunicación estadounidenses, y los perfiles de redes sociales generados por inteligencia artificial son sólo dos métodos.
En algunos casos, ciudadanos estadounidenses, empresas tecnológicas y medios de comunicación estadounidenses han amplificado y replicado voluntariamente los mensajes del Kremlin.
“Los agentes extranjeros que ejercen su influencia son cada vez mejores a la hora de disimular su intervención y conseguir que los estadounidenses actúen”, afirmó el funcionario, que habló junto a funcionarios del FBI y del Departamento de Seguridad Nacional.
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