Rusia propuso a Estados Unidos y a la coalición que lidera en Siria iniciar ofensivas conjuntas a partir de 25 de mayo.
La idea rusa es responder conjuntamente a los rebeldes del Frente al-Nusra, la rama local de al-Qaeda, y a otros grupos insurgentes que no están acatando un cese al fuego acordado en febrero.
La tregua acordada, aunque ha logrado disminuir la violencia, se ha ido desmoronando paulatinamente por las continuas violaciones y los bombardeos rusos y del gobierno sirio.
Rusia advirtió que se reserva el derecho de atacar unilateralmente a los militantes que se nieguen a respetar el cese el fuego y a parar los trasiegos de armas y militantes desde Turquía.
No hubo respuesta inmediata en Washington, pero desde el comienzo de la campaña rusa en Siria, el Kremlin se ha ocupado en apuntalar al presidente sirio Bashar al-Assad, a quien Estados Unidos considera como un obstáculo para la paz.