En los últimos años, la petrolera rusa Rosneft ha incrementado su presencia en Venezuela. ¿Con qué intención? Varios analistas consultados por la Voz de América aseguran que el plan de la empresa, cuyo propietario es el gobierno ruso, no obedece a necesidades de gas y petróleo sino que su interés radica en “razones geopolíticas” para acabar controlando la región latinoamericana.
“Rusia quiere tener una presencia importante en Venezuela, al igual que ha tenido históricamente en los últimos 50 años en Cuba”, afirmó Edward Glab, director del Foro de Energía de la Universidad Internacional de Florida, que habló a título personal en una entrevista telefónica desde Miami.
En su opinión, el incremento de las inversiones en Venezuela se debe “a una política exterior” del gobierno de Rusia a quién el gobierno en disputa de Nicolás Maduro debe miles de millones de dólares en deuda contraída con la venta, a la baja, de crudo.
La débil situación que vive el país, a consecuencia de la grave crisis económica, social y política, a su juicio, no beneficia la inversión extranjera ya que hay otros lugares en el mundo, con mucha más seguridad y estabilidad económica, con capacidad para exportar petróleo.
Por lo tanto, insistió en que las multimillonarias inversiones que continúa realizando la petrolera rusa en Venezuela tienen que ver con esa estrategia del Kremlin para controlar Sudamérica.
“Rosneft tiene condiciones favorables para invertir en Venezuela. Pero, ¿quién va a invertir más dinero en Venezuela en vista de esos hechos y de esa deuda tan grande?”, se preguntaba el experto, que durante 25 años trabajó en varias operaciones de Exxon en Venezuela.
La grave situación de PDVSA
Juan Fernández, que fue empleado de Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (PDVSA) durante casi dos décadas, remarcó que “el grado de deterioro de la industria petrolera venezolana es mayúscula” y expuso que, hoy en día, “estamos a niveles del siglo pasado”.
“A pesar de esta cantaleta de que se tienen las mayores reservas de petróleo mundial, la industria petrolera venezolana prácticamente no pinta nada”, subrayó recordando que el país “fue el primer productor de petróleo del mundo, fue el primer exportador de petróleo del mundo y fue uno de los países fundadores de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo)”.
Fernández, que en 2002 fundó “Gente del Petróleo” y que vive exiliado en el sur de la Florida, opina que el petróleo y el negocio de la minería continúan siendo “una palanca de la recuperación económica que el país requiere”.
Sin embargo, considera “importante que el modelo que se tiene que aplicar a la economía” tiene que tener en cuenta el sector privado: “Que se acabe con el monopolio del estado en la industria petrolera y en otras industrias, como el sector minero o la electricidad”.
¿Cómo Rosneft ayuda a evitar las sanciones de Estados Unidos?
En los últimos tiempos, PDVSA se ha visto afectada por las duras sanciones de Estados Unidos a la empresa y a altos funcionarios de la compañía estatal. La coyuntura económica y comercial ha obligado, según el experto venezolano, a que Venezuela recurra a Rosneft y se convierta “en el brazo comercializador de Petróleos de Venezuela”. Todo eso, con la intención de poder “sacar barriles al mercado” internacional.
TNK y Procerium Energy son dos compañías que dependen directamente de Rosneft. El mes de enero, Venezuela exportó unos 920 mil millones de barriles al día, según varios estimados. Las tres compañías comercializaron unos 475 mil barriles. ¿A dónde fueron?
La denominada “estructura de exportación” para evadir las sanciones a PDVSA es, según los expertos, la medida que ha adoptado Venezuela en los últimos tiempos.
“Los barriles exportados por Rosneft van a una refinería en la India llamada Nayara Energy, que procesa crudo pesado. TNK y Procerium envían la carga a Singapur para poder procesar el crudo pesado en China”, indica.
“Cuando uno exporta petróleo y se descarga en un tanque de Rosneft, de inmediato la propiedad de ese petróleo pasa a ser de los rusos”, comentó Fernández aludiendo también a las operaciones “ship to ship” de intercambio de crudo entre embarcaciones en alta mar.
Esa es, afirma, otra manera de poder exportar el crudo a mercados internacionales ya que “el petróleo no tiene ADN” y es imposible de identificar su procedencia.
La deuda venezolana en el sector petrolero
Horacio Medina, que conoce muy bien el mercado venezolano porque trabajó en PDVSA entre 1980 y 2002, dice que no se sabe cuál es el futuro del sector en Venezuela y ni qué impacto podría tener Rosneft en la región en un futuro próximo.
Aún se desconoce cuál es la deuda de Venezuela con Rusia, pero el Kremlin continúa apostando por ese país. “Desde el punto de vista estrictamente comercial, a China, Rusia o India les interesaría muchísimo más que en Venezuela se produjera un proceso de transición para poder tener algún tipo de garantía sobre las deudas contraídas”, apunta.
Con todo, Rosneft parece que continuará operando en Venezuela con perspectivas a largo plazo. No es el mejor escenario, dicen los analistas, pero es el país más estratégico para tener mayor presencia y poder en el mercado latinoamericano.