El anuncio del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, de retirar a su país de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) fue cuestionada por la presidenta del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, la congresista republicana por Florida, Ileana Ros-Lehtinen.
La representante estadounidense dijo que el anunció representa otro intento del gobierno de Chávez de “silenciar a los defensores de los derechos humanos en todo el hemisferio”.
Las críticas de Ros-Lehtinen se sumaron a las de los activistas de derechos humanos venezolanos y del candidato presidencial de la oposición, Henrique Capriles Radonski, quien incluso consideró como “irresponsable” la medida propuesta por el presidente de Venezuela.
Antes de viajar a Cuba una vez más para continuar su tratamiento contra el cáncer, Chávez calificó a la CIDH como "tristemente célebre" e incluso llegó a presentarla como un "mecanismo que usa Estados Unidos" contra su gobierno.
Sin embargo Ros-Lehtinen dijo que el objetivo del mandatario venezolano es desalentar a quienes reclaman por los derechos humanos y aseguró que de concretarse "tendrá amplias repercusiones negativas para la democracia y las libertades fundamentales" en Venezuela.
Según la legisladora estadounidense, los venezolanos se verán “privados del derecho a denunciar a su opresor en un ambiente imparcial", a la vez que agregó que la propuesta del mandatario "claramente muestran su voluntad de ignorar los principios democráticos y su negativa de respetar la Carta Democrática Interamericana".
Tal como señaló Ros-Lehtinen, la CIDH "un foro clave para los oprimidos que buscan justicia por los innumerables agravios que causan los déspotas sedientos de poder en la región" y reclamó responsabilidad por parte del gobierno de Chávez, a quien criticó también por sus "fallidas políticas” económicas y la centralización que en su opinión son responsables por haber generado caos en la que fuera una próspera nación.
La representante estadounidense dijo que el anunció representa otro intento del gobierno de Chávez de “silenciar a los defensores de los derechos humanos en todo el hemisferio”.
Las críticas de Ros-Lehtinen se sumaron a las de los activistas de derechos humanos venezolanos y del candidato presidencial de la oposición, Henrique Capriles Radonski, quien incluso consideró como “irresponsable” la medida propuesta por el presidente de Venezuela.
Antes de viajar a Cuba una vez más para continuar su tratamiento contra el cáncer, Chávez calificó a la CIDH como "tristemente célebre" e incluso llegó a presentarla como un "mecanismo que usa Estados Unidos" contra su gobierno.
Sin embargo Ros-Lehtinen dijo que el objetivo del mandatario venezolano es desalentar a quienes reclaman por los derechos humanos y aseguró que de concretarse "tendrá amplias repercusiones negativas para la democracia y las libertades fundamentales" en Venezuela.
Según la legisladora estadounidense, los venezolanos se verán “privados del derecho a denunciar a su opresor en un ambiente imparcial", a la vez que agregó que la propuesta del mandatario "claramente muestran su voluntad de ignorar los principios democráticos y su negativa de respetar la Carta Democrática Interamericana".
Tal como señaló Ros-Lehtinen, la CIDH "un foro clave para los oprimidos que buscan justicia por los innumerables agravios que causan los déspotas sedientos de poder en la región" y reclamó responsabilidad por parte del gobierno de Chávez, a quien criticó también por sus "fallidas políticas” económicas y la centralización que en su opinión son responsables por haber generado caos en la que fuera una próspera nación.