Con un holgado margen a su favor y teniendo fresco aún su triunfo en Florida, el aspirante a la nominación presidencial republicana Mitt Romney se impuso sin sorpresas con más del 40 por ciento de los votos en los caucus (asamblea de partidos) que tuvieron lugar el sábado 4 de febrero sábado en Nevada.
Cuando aún restan por certificar los resultados en algunos precintos, el contendiente que más se acercó en la votación a Romney fue quien desde las primarias en Carolina es su más fogoso rival, el ex presidente de la Cámara de Representantes New Gingrich quien habría quedado en segundo puesto. En tercer y cuatro lugares figuran respectivamente Ron Paul y Rick Santorum.
Festejando el triufo en el casino Red Rocks de Las Vegas, el ex gobernador de Massachusetts no hizo mención por su nombre a ninguno de sus rivales en al contienda, y se enfocó en sus críticas a las políticas del presidente Bararack Obama.
La victoria de Romney en Nevada, donde el 26,5 por ciento de la población es hispana, dio al ex gobernador su segundo triunfo consecutivo y el tercero en las cinco elecciones primarias o caucus (asambleas de partido) que han tenido lugar hasta ahora para definir quién será el candidato republicano que en noviembre le dispute la Casa Blanca al demócrata Barack Obama.
Los sondeos vaticinaban que el ex gobernador encabezaba las intenciones de voto hasta con 20 puntos porcentuales de margen (45-25 por ciento) sobre Gingrich, en un estado que estaba llamado a favorecer a Romney, un mormón, porque alrededor del 7 por ciento de los habitantes de Nevada practican su misma religión y son electores muy activos.
En los comicios de 2008, en las que Romney también aspiró a la nominación republicana, el ex gobernador ganó en ese estado con el 51 por ciento de la votación, y casi una cuarta parte de esos votos fueron de mormones.
Su aspiración era ganar el caucus de Nevada para que se le alfombre de rosas el camino rumbo al llamado Supermartes, el 6 de marzo, cuando habrá primarias y caucus en 10 estados, y que la suerte le sonría antes en Colorado, Minnesota y Missouri, con contiendas el próximo martes 7 de febrero, en Maine, donde a lo largo de la semana habrá caucus, y en Arizona y Michigan, con primarias el 28 de febrero.
Romney llegó a Nevada además con el apoyo dado hace dos días a su candidatura por el multimillonario y magnate de bienes raíces Donald Trump, en una contienda en la que además del respaldo de los republicanos moderados, el dinero parece estar jugando un importante papel a favor del ex gobernador.
Restore Our Future, un poderoso Comité de Acción Política (PAC, por sus siglas en inglés) que respalda la campaña de Romney, no sólo ha financiado una abrumadora cantidad de anuncios a favor de éste, sino también duros ataques contra el conservador Newt Gingrich.
Según los reportes de fondos hechos por Restore Our Future a la Comisión Federal de Elecciones, este PAC disponía el 31 de diciembre pasado de $23,6 millones de dólares en su cuenta, y ha gastado $17,4 millones para apoyar a Romney, incluyendo $11 millones destinados a hacer campaña en Florida a favor del ex gobernador.
De acuerdo con cifras ofrecidas por Kantar Media/CMAG, en los comicios de 2008 los grupos de intereses –incluidos los PAC- difundieron 1.763 anuncios publicitarios de campaña a un costo de $1 millón 100 dólares. La diferencia es abismal si se compara con este año, cuando el número de anuncios sobrepasa los 30.400 y el costo los $15 millones de dólares.
Gingrich admitió la víspera de la votación en Nevada que sus aspiraciones en el estado se limitaban a alcanzar un segundo lugar. Y una vez consumada la victoria de Romney reafirmó que no va a parar de hacer campaña hasta las primarias del Supermartes.
Los otros dos aspirantes que completan la nómina de precandidatos, el ex senador Rick Santorum, y el congresista Ron Paul habían anunciado antes de las asambleas en Nevada que fuesen cuales fuesen los resultados también se van a mantener en la contienda.