El Vaticano "está haciendo historia" al convocar a una reunión de emergencia de los obispos chilenos para analizar los casos de abuso sexual cometidos en ese país, declaró el prelado que la Santa Sede envió a Chile para evaluar las denuncias.
El padre Jordi Bertomeu, un sacerdote español en la oficina del Vaticano a cargo de evaluar denuncias de abuso sexual, vaticinó el jueves que el cónclave producirá resultados "importantes" para lograr la recuperación de la Iglesia en Chile.
Bertomeu dijo que es un momento muy particular para la Iglesia universal, no sólo para Chile y que no es usual que se convoque a una conferencia de esta magnitud. La reunión, vaticinó, producirá medidas y conclusiones importantes.
El papa Francisco convocó a Roma a toda la Conferencia Episcopal de Chile para cuatro días de encuentros y reflexión, tras admitir que cometió "graves errores" en el caso de un obispo chileno acusado de haber presenciado abusos sin haber hecho nada al respecto.
La conferencia recuerda casos similares _como en Estados Unidos en el 2002 y en Irlanda en el 2010_ en que los obispos fueron convocados para una amonestación del pontífice por su manejo de los casos de abuso.
Víctimas del más notorio cura abusador de Chile, el padre Fernando Karadima, habían asegurado que el obispo Juan Barros fue testigo de los abusos, lo que él niega. Francisco defendió a Barros en enero cuando fue a Chile, suscitando denuncias de muchos chilenos e incluso de su propio asesor en el tema.
El pontífice envió a Chile a Bertomeu y al asesor, y regresaron con una visión más amplia de la magnitud de los abusos y el encubrimiento posterior en el país sudamericano. Le entregaron a Francisco un expediente de 2.300 páginas sobre el tema.
Durante años, víctimas de abusos sexuales han denunciado a la jerarquía católica chilena por desacreditar sus versiones y por proteger a los abusadores. En ocasiones la Iglesia en Chile trasladaba a los curas problemáticos de una parroquia a otra en vez de denunciarlos a la policía, o les imponía sanciones leves.
Francisco prometió el mes pasado tomar medidas a corto, mediano y largo plazo para tratar de salvar la credibilidad de la Iglesia chilena. Cuando se le preguntó a Bertomeu si esas medidas están siendo elaboradas, respondió que el papa es un hombre de palabra.
Muchos chilenos esperan que renuncien por lo menos Barros y otros dos obispos entrenados por Karadima.
Al inicio de la conferencia, representantes de la Conferencia Episcopal de Chile dijeron que estaban dispuestos a aceptar cualquier medida propuesta por Francisco, incluso renuncias de obispos, reformas a los seminarios o el pago de reparaciones a las víctimas.