El fotógrafo estadounidense, Michael Forster Rothbart, recientemente pasó dos años en los alrededores de Chernobyl, en Ucrania, documentando cómo sigue la vida a pesar de la catástrofe nuclear de hace 25 años.
Este trabajo fotográfico está en exhibición en el Museo Ucraniano en Nueva York.
“La vida continua en Chernobyl. La gente se conoce, se enamora, se casa, tiene hijos y educa a la siguiente generación. En realidad yo quería enfatizar que no todo es pesimismo en Chernobyl. Tal como sucede en cualquier otro lugar, la vida continúa”, dice Forster, quien realizó todo este trabajo como parte de una beca Fulbright.
Se estima que 400 personas, en su mayoría ancianos, han vuelto a vivir a la zona de exclusión de 30 kilómetros alrededor de la planta.
Unas 3.800 personas trabajan en la zona. Miles viven en los alrededores, en aéreas donde los niveles de radiación son elevados.