Una caída en la perspectiva de la inflación para los consumidores y una mayor tensión comercial provocaban el lunes preocupación entre funcionarios de la Reserva Federal, que se enfrentan ahora a más volatilidad en el mercado y a un nuevo conjunto de riesgos.
Wall Street seguía cayendo tras el desplome de la semana pasada luego de que el presidente Donald Trump impusiera nuevos aranceles a las importaciones chinas.
Los principales índices bursátiles bajaban entre un 2% y un 3% por ciento el lunes y los inversionistas en bonos aumentaban considerablemente sus apuestas a que la Fed se verá obligada a bajar las tasas de interés este año.
Funcionarios de la Reserva Federal han considerado en gran medida la guerra comercial dentro de sus perspectivas económicas y de política monetaria, argumentando que el impacto probable en el crecimiento del Producto Interno Bruto de Estados Unidos sería pequeño a menos que la tensión comercial persista y se intensifique.
Sin embargo, después del colapso de las conversaciones entre Estados Unidos y China la semana pasada y la amenaza de que los aranceles subirán cada vez más, hay más razones para el pesimismo.
El presidente de la Reserva Federal de Dallas, Robert Kaplan, dijo en una conferencia en la Universidad de Texas que por el momento la Fed no debería ni bajar ni subir las tasas.
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