Los candidatos a la nominación presidencial del Partido Republicano llevaron a cabo en Michigan un nuevo debate a casi un año de la próxima elección presidencial de noviembre de 2012 y tres semanas después del último encuentro en Las Vegas, Nevada.
Una vez más el líder de las encuestas, el ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney produjo una performance consistente, sin embargo, el gobernador de Texas, Rick Perry podría haber hipotecado sus posibilidades de obtener la nominación, después de un embarazoso "olvido" al responder una pregunta.
Perry intentó mencionar tres oficinas del gobierno que prometió eliminar, pero sólo pudo recordar dos y bajo presión no consiguió clarificar sus ideas y recordar el nombre de la tercera agencia. perry estuvo al frente en las encuestas a fines de agosto, pero desde entonces ha visto demoronarse su popularidad, debido a pobres actuaciones en los debates.
Luego del debate, el gobernador Perry admitió que fue un momento vergonzoso, pero dijo que la gente entiende que “son los principios conservadores los que realmente importan”.
Posteriormente, al ser preguntado si su candidatura podría sobrevivir al traspié, Perry dijo a The Associated Press que "no es el momento de abandonar nada".
Economía y empleo
La discusión entre los precandidatos se centró en como resolver los problemas de la economía y la creación de empleo ante la audiencia en Michigan, uno de los estados más afectados por las ejecuciones hipotecarias judiciales y la recesión a nivel nacional.
También, los precandidatos coincidieron en señalar durante el debate que fue transmitido por la cadena CNBC, que Europa debe resolver sóla sus problemas financieros y que Estados Unidos no debía participar de ningún rescate.
"Europa es capaz de encargarse de sus propios problemas. No debemos intervenir rescatar a sus bancos y sus economías", señaló el ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney.
También los aspirantes republicanos afirmaron que si Estados Unidos fracasa en reducir su déficit fiscal enfrentará los mismos problemas que Grecia e Italia.
El debate realizado en las afueras de la ciudad capital de la industria automotriz estadounidense, Detroit, era especialmente importante para el empresario de Georgia, Herman Cain.
El ex presidente de la cadena de pizzas Godfather, quien ha emergido al frente de las encuestas, mantiene las esperanzas de retener el buen momento, a pesar las acusaciones por acoso sexual que fueron presentadas en su contra y que han consumido su atención en los últimos diez días.
Cain respondió a preguntas sobre las acusaciones, recibiendo fuertes aplausos de la audiencia, al decir que "los estadounidenses se merece algo mejor que ver a alguien ser juzgado en la corte de la opinión pública debido a acusaciones infundadas".
Sin embargo, los otros siete contendientes decidieron no involucrarse en las acusaciones contra Cain y prefirieron dirigir sus críticas a la Casa Blanca y al presidente Barack Obama.
El ex gobernador de Massachusetts y líder de las encuestas, Mitt Romney, recibió un estruendoso aplauso después de decir que al presidente Obama y su gobierno "no le gustan los empresarios”.
El comentario de Romney fue realizado en base a una referencia común desde filas republicanas, de que el presidente Obama ha incrementado las regulaciones e impuestos sobre los empresarios afectando su capacidad de generar crecimiento económico.
El debate se realizó a un año de las elecciones y a dos meses antes de que el Partido Republicano lleve a cabo la primera votación estado por estado para elegir a su nominado para enfrentar al presidente demóicrata Obama, en las elecciones de 2012.
Los restantes precandidatos republicanos que participaron del debate fueron los representantes Michele Bachmann y Ron Paul de Minessota y Texas respectivamente; el ex presidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich; el ex embajador estadounidense en China durante el gobierno de Obama, Jon Huntsman; el gobernador de Texas, Rick Perry; y el ex senador Rick Santorum.
