Los 15 contendores republicanos de Donald Trump se han unido con un solo objetivo, manifestar rechazo a sus declaraciones contra los inmigrantes mexicanos.
Mientras el precandidato Lindsey Graham, dijo que lo que hace Trump es sembrar miedo y desconfianza, Jeb Bush le pidió claridad a su polémico contendor.
"Los inmigrantes no reciben asistencia del gobierno y con el tiempo legalizan su situación. Yo no estoy seguro sobre las propuestas del señor Trump en ese sentido. Él no ha sido muy específico", señaló Bush.
Las críticas a las mismas declaraciones del multimillonario republicano provienen incluso de precandidatos que han denunciado supuestas "ineficiencias" del gobierno federal para proteger la frontera.
"Hemos tenido a alguien que ha generado división por 6 años, como lo ha hecho Barack Obama. Ciertamente no necesitamos a un republicano en jefe que divida", dijo el republicano Rick Perry.
Esta repentina unión de los rivales republicanos, demuestra que para éste partido es claro que, sin el voto hispano, no les será nada fácil recuperar la Casa Blanca.
"La idea de autodeportación o la idea de desterrar a la gente, esos no son valores estadounidense. La gran mayoría de estadounidenses rechazan esta idea", destacó Bush.
Más alejados de la controversia, precandidatos como Chris Christie, mantienen posiciones más moderadas, pero que aún no les garantizan que el electorado hispano los vea de manera diferente.
"Debemos tener un programa confiable de invitación de trabajadores que se centre en agricultura. Y esta será sólo una pieza de una aproximación más profunda para tratar de arreglar un sistema inmigratorio que, claramente, no funciona", advirtió Christie.
Para la próxima semana, los 16 precandidatos enfocarán sus esfuerzos en el primer gran debate de su partido, al que sólo llegarán nueve de ellos.
"La única forma de ganar un lugar allí será haciendo algo indignante. Y es justamente Donald Trump quien ha puesto la medida", explicó Matthew Dowd, analista político para la cadena de noticias ABC.
Una medida que, de entrada, puso en desventaja al partido republicano frente al crítico electorado hispano.