A seis días de que los electores de Arizona y Michigan definan en las urnas a quién quieren como candidato republicano para enfrentar a Obama, los cuatro candidatos por la nominación de ese partido se enfrentaron en un debate ayer en el Centro de Arte Mesa, muy cerca a la frontera con México.
Arizona, uno de los estados que más han generado polémicas por su ley de inmigración, recibió a los republicanos que coincidieron en apoyar la propuesta de construir un muro a lo largo de la frontera con México.
A diferencia de los anteriores debates, que fueron acalorados y de fuertes pronunciamientos, esta vez, Mitt Romney, Rick Santorum, Newt Gingrich y Ron Paul conservaron la compostura para defender sus posiciones y cuestionaron a su contendores de una forma muy diplomática.
Siendo el estado fronterizo de Arizona uno de los que aprobó la ley de inmigración más fuerte, y que además abarca cerca de la mitad de la frontera con México, donde actualmente hay una cerca de más de 1.00 kilómetros, los candidatos republicanos se mostraron acordes con la legislación frente al tema de inmigración.
"Aquí en Arizona hay un modelo. Lo correcto en Estados Unidos sería retirar las demandas contra Arizona y otros estados", afirmó Romney, quien luego resaltó que tras la legislación, la inmigración ilegal había bajado en un 14%, con respecto a un 7% a nivel nacional.
Romney además propuso que las empresas verificaran en la base de datos gubernamental antes de realizar alguna contratación. ”Si hacen eso, tal como Arizona está descubriendo, pueden detener la inmigración ilegal”, enfatizó.
Por su parte, Newt Gingrich, quien tiene un cuarto lugar, no muy favorable en las encuestas, dijo que si llegara a la Casa Blanca, no dudaría en convocar a los gobernadores de estados fronterizos a tomar la iniciativa para completar una cerca fronteriza y además, movilizaría a la fuerza pública a la frontera.
"Aplicaríamos los recursos que sean necesarios para culminar el 1 de enero del 2014. De ser necesario, hay 23 mil efectivos de seguridad nacional en el distrito de Columbia. Estoy preparado para trasladar la mitad a Arizona, Nuevo México y Texas", declaró.
El precandidato Ron Paul lanzó una alerta diciendo que Estados Unidos, estaba perdiendo inmigrantes y trabajadores que podrían aportar al crecimiento del país, porque los beneficios se los estaban llevando los ilegales.
Rick Santorum, a su vez, adoptó una posición más relajada y aunque no negó estar a favor de regular la inmigración, aclaró que la ley debería castigar con la deportación a los inmigrantes ilegales que cometan delitos o sean sospechosos.
Los precandidatos republicanos demostraron, esta vez, que son capaces de desafiar al voto hispano.
Sin embargo, no en todo coincidieron. Esta vez, uno de los principales blancos de las críticas fue sin duda el ex senador de Pensilvania, Rick Santorum, a quien Mitt Romney cuestionó por haber votado en cinco ocasiones por ampliar la capacidad de deuda del país para obtener nuevos préstamos cuando era senador, lo que sumó más gastos federales.
Por su parte Ron Paul acusó a Santorum de ser un “fraude cuando exige rigor fiscal a la Casa Blanca" pues él mismo estuvo de acuerdo con medidas similares a las que actualmente propone Obama.
Santorum, quién últimamente a puesto a temblar a Romney con sus resultados en las encuestas, salió en su defensa diciéndole que él, Mitt Romney, nunca había comprendido cuál era la dinámica de funcionamiento del Congreso y que por eso tampoco estaría en capacidad de hacerse cargo del mando ejecutivo.
"El Gobernador Romney aún aconseja aumentar los impuestos sobre el 1%, adoptando la retórica de “Ocupy Wall Street”.
No voy a adoptar esa retórica", se defendió Santorum.