El liderazgo republicano rechazó la amenaza del presidente Barack Obama de vetar la construcción del oleoducto Keystone XL, el primer punto en su agenda legislativa tras asumir el control del nuevo Congreso.
El reelecto presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, defendió la propuesta como una oportunidad para crear empleos y aumentar la seguridad energética de Estados Unidos.
"Desafortunadamente, amenazando estos proyectos de ley, el presidente le está diciendo al pueblo estadounidense que realmente no le importa lo que piensan. Bueno, nuestro compromiso es defender al pueblo estadounidense”, dijo Boehner.
La Casa Blanca confirmó el martes que el mandatario recurrirá a su poder de veto para bloquear la propuesta, provocando así el primer roce entre el presidente Obama y el nuevo Congreso.
“Hemos indicado que el presidente vetaría una legislación similar que estaba siendo considerada por el Congreso anterior y nuestra posición no ha cambiado”, dijo Josh Earnest, secretario de prensa de la Casa Blanca.
Earnest agregó que el Departamento de Estado lleva a cabo una revisión de la efectividad del proyecto, que no debería ser socavada por el Congreso.
Al oleoducto se suman otros temas que prometen profundizar la división política entre la Casa Blanca y el Capitolio, como como el decreto de inmigración y la nueva política hacia Cuba.
No obstante, legisladores como el representante demócrata Raúl Ruiz reconocen que más allá de defender sus propios intereses, este Congreso se debe enfocar en encontrar terreno común.
“Una de las cosas que necesitamos hacer es disminuir las palabras de pleito y aumentar las palabras de coordinación y de colaboración”, dijo Ruiz, representante demócrata por California.
En pie también está la amenaza republicana de demandar al presidente por presunto abuso de poder, por el uso que ha hecho de las acciones ejecutivas.