El vocero del Departamento de Estado, Philip J. Crowley renunció abruptamente el 12 de marzo luego de haber criticado el trato que da el Pentágono a un soldado estadounidense acusado de filtrar documentos secretos al portal WikiLeaks.
En un comunicado de prensa, la secretaria de Estado Hillary Clinton dice que “acepta con pesar” la dimisión de Crowley, y añade que su ex portavoz sirvió a la nación con distinción por más de tres décadas, en uniforme y como civil.
Agrega que su servicio al país fue motivado por una “profunda devoción a la política y a la diplomacia públicas”.
En el mismo documento, Crowley indica que está presentando su renuncia por “el impacto de sus declaraciones” durante una conferencia que dio en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), donde dijo que el trato que el Departamento de Defensa da al encarcelado ex analista de inteligencia Bradley Manning, es “ridículo, estúpido y contraproducente”.
“La divulgación no autorizada de información clasificada es un delito grave de acuerdo con la ley estadounidense”, dijo Crowley en el comunicado del Departamento de Estado.
“Mis comentarios recientes sobre las condiciones de la detención del soldado Bradley Manning pretendían destacar el impacto más amplio y casi estratégico de las acciones llevadas a cabo todos los días por los organismos de seguridad nacional, y su impacto en nuestra posición y liderazgo mundial”.
La secretaria Clinton anunció que Michael Hammer, el segundo vocero del Departamento, sucederá a Crowley.
