Kerry Perry renunció el martes a la presidencia de la Federación de Gimnasia de Estados Unidos, una decisión tomada luego que el Comité Olímpico de Estados Unidos cuestionó su gestión para sacar adelante a la entidad remecida por el escándalo.
Perry cumplió nueve meses en el cargo y a menudo fue criticada por deportistas que consideraron que no supo lidiar con las consecuencias del caso de Larry Nassar, el exmédico del equipo nacional acusado de abuso sexual.
Perry, una exejecutiva en el ámbito de las comunicaciones y sin experiencia previa en la gimnasia, asumió la presidencia de la federación en diciembre pasado, enfatizando que iba priorizar la protección de los deportistas.
El USOC (las siglas en inglés del Comité Olímpico de Estados Unidos) expresó su desencanto tras el fiasco de la contratación de la coordinadora de desarrollo de talentos.
La entrenadora, Mary Lee Tracy, respaldó inicialmente a Nassar cuando las denuncias en su contra empezaron a surgir hace dos años.
Tras el anuncio de su nombramiento, Tracy trató de contactar a la multimedallista olímpica Aly Raisman, una de centenares de mujeres que fueron víctimas de abuso por parte de Nassar.
La federación respondió pidiéndole a Tracy su renuncia. Mientras que la solicitud fue hecha con el interés de salvaguardar a la entidad desde un punto de vista legal _ Raisman presentó una demanda contra la Federación de Gimnasia _ también fue otro desatino en una línea cada vez más larga de errores de relaciones públicas por parte de una de las joyas de la corona del movimiento de los Juegos Olímpicos de EE.UU.
Fue el acto que agotó la paciencia de Sarah Hirshland, la nueva directora ejecutiva del USOC, que el viernes emitió una declaración en la que señaló que a la Federación de Gimnasia "le está costando cumplir con sus obligaciones de forma eficaz y debería considerar cambios en su liderazgo".
Hirshland dijo que el USOC contactaría a la flamante junta directiva de la federación para analizar posibles cambios. Todo terminó con la renuncia de Perry, apenas un año después de encargársele la responsabilidad de conducir a la entidad tras las secuelas del escándalo de Nassar.
Nassar cumple una sentencia perpetua tras ser encontrado culpable de posesión de pornografía infantil y abuso sexual.
