Las remesas familiares enviadas por inmigrantes latinoamericanos y caribeños desde Estados Unidos crecieron un 8% en 2017, alcanzando los $75,000 millones de dólares en 17 de esos países, de acuerdo a un informe de The Dialogue Leadership for the Americas.
La organización considera el aumento en las remesas “sustancial” y dice que es mayor al crecimiento previsto por el Banco Mundial, que lo había pronosticado cercano a solo el 1,2%.
El crecimiento de las remesas es de más de 10% en países como Haití, República Dominicana, Guatemala, Honduras, El Salvador y Colombia, que representan el 45% del flujo total.
Específicamente para los países de Centroamérica y el Caribe, el crecimiento económico proyectado de 3,5% es debido en gran parte al aumento combinado de 15% en los envíos de dinero.
Los aumentos registrados, según el reporte, probablemente se deban a que hubo un aumento de la migración, que más migrantes enviaron dinero con mayor frecuencia o enviaron más por cada transacción o una combinación de todos esos factores.
El informe de The Dialogue pone como un ejemplo de las tendencias de las remesas enviadas a Guatemala. Allí, 14% de la gente del altiplano dijeron tener un pariente que emigró en 2017 y les envió dinero el mismo año. El porcentaje casi coincide con el crecimiento de las remesas familiares de 17% que registró el Banco Central de Guatemala.
La violencia y la reunificación familiar pueden haber sido las causas de una mayor migración.
El informe indica que en entre los países de México, Centroamérica y el Caribe son los guatemaltecos quienes más dinero envían —$374 dólares por remesa— como promedio a su país.
Si se toma en cuenta todos los países de las Américas, son los bolivianos los que más dinero envían ($472), seguido por los brasileños ($417).
No se espera que las remesas vayan a disminuir en el futuro cercano. Según el informe, entrevistas con los migrantes muestran su miedo a las políticas antinmigrante de la administración del presidente Donald Trump, pero eso solo les impulsa a gastar menos en ellos mismos, ahorrar más en caso de ser detenidos y deportados, y de continuar enviando de la misma manera a sus países o aumentar los envíos de dinero.