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Refugiado o emigrante: La diferencia entre el sí y el no


De las más de 400.000 personas, una gran mayoría llega por vías marítimas, otras caminando. [Foto: H. Murdock, VOA]
De las más de 400.000 personas, una gran mayoría llega por vías marítimas, otras caminando. [Foto: H. Murdock, VOA]

El debate sobre qué hacer con las miles de personas cruzando las fronteras está despertando curiosidad sobre cuál es la verdadera diferencia entre el uno y el otro.

Todo refugiado es emigrante, pero no todo emigrante es refugiado.

La ley internacional es la que en un futuro definirá la suerte de las más de 400.000 personas que han llegado a las costas del sur de Europa solo en este año, de acuerdo a la Agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR.

De la manera más simple, un refugiado se está escapando de “algo,” mientras que un emigrante busca su relocalización voluntariamente. Ahora, la situación es claramente más compleja, pero en una primera instancia es importante comprender la distinción básica.

En más detalle, el refugiado comúnmente está huyendo de un conflicto armado, persecución gubernamental o religiosa, desastre climático y/o la destrucción de sus hogares. En cambio, el emigrante busca relocalizar su vivienda por razones económicas y la búsqueda de una mejor calidad de vida.

El que en efecto sí este buscando el estatus de refugiado, sin embargo, no puede marcar las casillas con su propio criterio. Es por eso que un emigrante mexicano que este huyendo de la violencia del narcotráfico no puede simplemente cruzar la frontera estadounidense y ser declarado un refugiado. O la razón por la qué un emigrante venezolano no puede llegar a Estados Unidos reclamando asilo político y ser aceptado.

Un conflicto armado tiene que ser declarado primero por el Comité Internacional de la Cruz Roja, en acuerdo con el derecho internacional humanitario. Y, bajo represión política, se espera primero que la persona busque asilo en países vecinos, para garantizar que no esté buscando solamente mejorar su calidad de vida.

Si se consigue el estatus, La Convención de Refugiados de 1951 y otros decretos legales anexos, ejercen poder legal sobre la vida y los derechos de los refugiados.

Por medio de esta promesa, se ha logrado crear la ACNUR y otros organismos internacionales que velan por la protección y representación de los refugiados en la plataforma internacional.

Un refugiado por ley tiene derecho a buscar asilo en un país extranjero. Si es aceptado, el país, en cooperación con otras organizaciones internacionales, debe garantizarle sus derechos humanos básicos y una vivienda digna mientras sea necesario.

Este dato es de suma importancia en esta discusión, porque expone el marco legal e internacional detrás de la etiqueta que se le da a una persona que cruza una frontera como refugiado y lo que esto significa para su futuro.

El problema con la situación actual es que la separación se ha dificultado exponencialmente debido al volumen. Las más de 400,000 personas que han llegado a Europa en realidad no se comparan a los más de 4 millones de refugiados sirios que se han asentado en países vecinos como Turquía, Líbano y Jordania.

Un refugiado debe someterse a un debido proceso legal y administrativo. Este proceso es complejo y requiere generalmente de varios años de verificación, documentación y registro que se le debe hacer a cada persona.

Con la afluencia casi incontrolable de refugiads, el sistema ha colapsado. Sin embargo, lo que muy probablemente ocurrirá cuando la situación se calme, es que este mismo proceso se estará haciendo poco a poco y que mucha gente que no cumpla con los requisitos posiblemente será deportada.

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