El acuerdo para llevar a cabo una reforma migratoria está más cerca que nunca, luego que los sectores de negocios y los sindicatos se pusieron de acuerdo en el tema de las visas para los trabajadores extranjeros invitados a EE.UU.
La Cámara de Comercio de Estados Unidos y la confederación sindical AFL-CIO fijaron el número de visas y sueldos a pagar para que decenas de miles de trabajadores extranjeros poco calificados puedan venir al país a cubrir vacantes en la construcción, hoteles, restaurantes y otras actividades, y percibir salarios justos.
El tema había amenazado con paralizar el acuerdo tentativo al que habían llegado el llamado Grupo de los Ocho—cuatro senadores demócratas y cuatro republicanos— quienes se han encargado de preparar el proyecto de ley.
El plan proporcionaría una nueva clase de visas de trabajo, la “W”, para trabajadores poco calificados, aseguraría la frontera, endurecería las medidas contra los empleadores que violen las leyes, mejoraría la inmigración legal y crearía un camino a la ciudadanía de 13 años para millones de inmigrantes sin residencia legal que ya están en Estados Unidos.
"Gracias al acuerdo entre empresas y sindicatos, cada desavenencia política importante quedó superada", dijo el senador Chuck Schumer, demócrata por Nueva York, quien medió entre las partes.
No obstante, el senador cubano estadounidense Marco Rubio, uno de los miembros del grupo, advirtió a sus colegas a no adelantarse demasiado porque todavía faltan detalles. "Son prematuras las versiones de que (se) ha alcanzado un acuerdo", dijo Rubio, prefiriendo describir el acuerdo como "un punto de partida".
Se espera que la redacción del proyecto quede terminada esta semana.
La Cámara de Comercio de Estados Unidos y la confederación sindical AFL-CIO fijaron el número de visas y sueldos a pagar para que decenas de miles de trabajadores extranjeros poco calificados puedan venir al país a cubrir vacantes en la construcción, hoteles, restaurantes y otras actividades, y percibir salarios justos.
El tema había amenazado con paralizar el acuerdo tentativo al que habían llegado el llamado Grupo de los Ocho—cuatro senadores demócratas y cuatro republicanos— quienes se han encargado de preparar el proyecto de ley.
El plan proporcionaría una nueva clase de visas de trabajo, la “W”, para trabajadores poco calificados, aseguraría la frontera, endurecería las medidas contra los empleadores que violen las leyes, mejoraría la inmigración legal y crearía un camino a la ciudadanía de 13 años para millones de inmigrantes sin residencia legal que ya están en Estados Unidos.
"Gracias al acuerdo entre empresas y sindicatos, cada desavenencia política importante quedó superada", dijo el senador Chuck Schumer, demócrata por Nueva York, quien medió entre las partes.
No obstante, el senador cubano estadounidense Marco Rubio, uno de los miembros del grupo, advirtió a sus colegas a no adelantarse demasiado porque todavía faltan detalles. "Son prematuras las versiones de que (se) ha alcanzado un acuerdo", dijo Rubio, prefiriendo describir el acuerdo como "un punto de partida".
Se espera que la redacción del proyecto quede terminada esta semana.