El presidente Barack Obama viajó este lunes a San Francisco y dio inicio a su paso por la ciudad con una visita a un centro comunitario del barrio chino (Chinatown), donde habló sobre la necesidad de que el Congreso apruebe la reforma de inmigración.
Obama puso de relieve en el Centro de Recreación Betty Ong que el país necesita una nueva ley de inmigración que incluya una vía para que los indocumentados que hay en el país puedan hacerse ciudadanos y que a la par refuerce la seguridad fronteriza.
El centro sirve a una comunidad integrada mayormente por asiáticos que en los últimos años se ha convertido en una porción importante de los más de 11 millones de indocumentados que viven en EE.UU.
Durante su discurso, dos personas entre la multitud interrumpieron sus palabras para pedirle que se pusiera fin a las deportaciones forzosas de inmigrantes indocumentados, a lo que el presidente respondió que le daría solución al problema si pudiese hacerlo sin aprobación del Congreso.
Refiriéndose a la celebración esta semana del Día de Acción de Gracias, el presidente señaló que la fecha es propicia para recordar que los estadounidenses “estamos bendecidos por inmigrantes de todo el mundo que han echado raíces en cada rincón de este país”.
Tras la visita al centro, Obama tenía previsto asistir a un par de eventos de recaudación de fondos en San Francisco antes de volar este mismo lunes a Los Ángeles, donde concluirá una gira de tres días por la costa oeste de EE.UU. iniciada en Seattle.
Hasta el momento no ha habido ningún avance respecto a la reforma de inmigración en la Cámara de Representantes donde los republicanos han expresado que discutirán una legislación por partes, pero donde todavía no hay nada concreto.
Obama puso de relieve en el Centro de Recreación Betty Ong que el país necesita una nueva ley de inmigración que incluya una vía para que los indocumentados que hay en el país puedan hacerse ciudadanos y que a la par refuerce la seguridad fronteriza.
El centro sirve a una comunidad integrada mayormente por asiáticos que en los últimos años se ha convertido en una porción importante de los más de 11 millones de indocumentados que viven en EE.UU.
Durante su discurso, dos personas entre la multitud interrumpieron sus palabras para pedirle que se pusiera fin a las deportaciones forzosas de inmigrantes indocumentados, a lo que el presidente respondió que le daría solución al problema si pudiese hacerlo sin aprobación del Congreso.
Refiriéndose a la celebración esta semana del Día de Acción de Gracias, el presidente señaló que la fecha es propicia para recordar que los estadounidenses “estamos bendecidos por inmigrantes de todo el mundo que han echado raíces en cada rincón de este país”.
Tras la visita al centro, Obama tenía previsto asistir a un par de eventos de recaudación de fondos en San Francisco antes de volar este mismo lunes a Los Ángeles, donde concluirá una gira de tres días por la costa oeste de EE.UU. iniciada en Seattle.
Hasta el momento no ha habido ningún avance respecto a la reforma de inmigración en la Cámara de Representantes donde los republicanos han expresado que discutirán una legislación por partes, pero donde todavía no hay nada concreto.