Los rebeldes libios lograron ganar terreno en la asediada ciudad portuaria de Misrata, mientras las Naciones Unidas han apelado a ayuda para rescatar a quienes tratan de huir de Libia por mar.
Un portavoz militar rebelde dijo que fuerzas de la oposición habían logrado que fuerzas pro gubernamentales retrocedieran unos 15 kilómetros de la ciudad.
Mientras tanto, la agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR, pidió a las naciones europeas y a los capitanes de barcos en el Mediterráneo que rescaten a la gente que está huyendo de los combates en Libia. La portavoz de ACNUR, Melissa Fleming, dijo el martes que cualquier barco que salga de Libia debe ser considerado una embarcación que necesita asistencia.
Sin embargo, todavía pesan sobre la OTAN las acusaciones de haber dejado a su suerte una embarcación que naufragó y en la que murieron ahogados casi todos sus pasajeros.
Pocos días antes, otro barco con 600 personas a bordo naufragó cerca de la capital libia, Trípoli. Muchos cadáveres han sido vistos flotando en el agua, aunque no estaba claro cuántos murieron ahogados. Antes de ese accidente unas 800 personas habían desaparecido desde el 25 de marzo cuando intentaban escapar de Libia, según ACNUR. La mayoría procedían del África subsahariana.
"La trágica verdad es que probablemente nunca sepamos cuántas personas se ahogaron en esta última tragedia", dijo Jean-Philippe Chauzy, portavoz de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) el martes. "Esa es la realidad de la crisis en Libia".
Algunos inmigrantes acusaron a los soldados libios de obligarles a huir en las embarcaciones disparando al aire. Otros dijeron que aunque no habían tenido que pagar por subir a los barcos, habían sido despojados de sus posesiones.