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Radicalizan venganza por Wikileaks


Otro premio sin recoger
Otro premio sin recoger

Los activistas cibernéticos prometieron una escalada de sus represalias en apoyo a Wikileaks.

Los páginas de internet de Mastercard, Visa, PayPal, de la filial bancaria del servicio de correos suizo Postfinance, de la fiscalía y el gobierno de Suecia, del senador estadounidense independiente Joe Lieberman, y hasta el de la ex candidata a la vicepresidencia de Estados Unidos, Sarah Palin, fueron objeto de ataques por parte de los hackers, en venganza por las acciones contra Wikileaks.

Pero la situación parece lejos de terminar y amenazan extenderla, en lo que muchos definen como una guerra cibernética, donde los hackers dicen que defienden la "libertad de expresión" y los legisladores, empresas y gobiernos, el "respeto a la ley".

El grupo de ciberactivistas autodenominados "Anónimos" prometió una escalada de su "guerra" en represalia por la ofensiva contra Julian Assange, tras la publicación de cables diplomáticos de Estados Unidos.

Sarah Palin criticó el ataque y dijo en un mensaje que “eso es lo que ocurre cuando se hace uso del derecho provisto en la primera enmienda, de libertad de opinión”, en referencia a que la represalia se debió a sus comentarios anteriores de que con la publicación de documentos clasificados, “Assange tiene sangre en sus manos”.

La oficina del fiscal de Suecia, cuya orden de arresto para Assange por acusaciones de delitos sexuales llevó a una corte británica a dictar prisión preventiva al fundador del sitio web WikiLeaks, informó a la policía sobre el ciberataque.

Los simpatizantes online de Assange atacaron el sitio de internet de MasterCard y de Visa, aunque el portavoz de Visa, Paul Cohen, dijo que su red de procesamiento "está funcionando normalmente y los clientes pueden continuar usando sus tarjetas como lo hacen rutinariamente. Los datos de las cuentas no están en riesgo".

Por su parte, Mark Stephens, abogado de Assange en Londres, negó que el australiano haya ordenado los ataques cibernéticos. Assange "no dio instrucciones para piratear" los sitios de la compañía, dijo Stephens a la agencia de noticias Reuters, una situación que de ser demostrada podría complicar su caso

MasterCard dijo que sus sistemas no habían sido comprometidos por lo que llamó "un esfuerzo intenso y continuo para inundar nuestro sitio corporativo con tráfico y acceso lentos".

Pero dijo que el ataque, ejecutado por piratas informáticos que usaron herramientas disponibles en la web, se había extendido más allá de su sitio web a la tecnología de procesamiento de pagos, dejando a algunos clientes incapaces de hacer pagos online usando software MasterCard.

Incluso, los hackers atacaron el sitio de internet del abogado de las dos mujeres que acusan a Assange en Suecia de abuso sexual. El abogado dijo que las demandas no eran un complot políticamente motivado contra el fundador del sitio. "No tiene nada que ver con WikiLeaks o la CIA", dijo el abogado Claes Borgstrom.

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