Los cambios de una parte del gabinete del presidente de Colombia, Gustavo Petro, suponen no solo la ruptura de relaciones con algunos partidos políticos que hacían parte de su coalición y trabajar con personas más “leales” y cercanas, sino que busca abrir espacios para sacar adelante sus proyectos de gobierno, según analistas consultados por la Voz de América.
“Petro es una persona que no ha cambiado desde que lo conocemos en la política colombiana, me da la impresión de que él puede cerrarse con su gente, armar una coalición para tratar de pasar sus reformas y buscar la calle para que le voten algunas cosas como ya ha pasado en Colombia”, explicó el analista político y columnista del diario El Espectador, Pedro Viveros.
Para Theodore Kahn, director Asociado de Control Risks, los cambios ofrecen un gabinete más unido con una ideología más cercana a la del presidente. “Probablemente va a haber un esfuerzo para realmente plantear algunas reformas y algunos objetivos de política pública más alineados con lo que Petro había planteado en la campaña y algunas de las banderas que ha llevado varios años”, sostuvo Viveros.
En este sentido, agrega Kahn, tendrá menos inconvenientes a la hora de “moderar sus propuestas” y “aceptación de puntos de vista internamente” y, de esta manera, “lograr los objetivos más radicales en algunas áreas que quiere implementar”.
Cambios clave
Los cambios más sensibles dentro del gabinete de Petro se dan en la carteras de Hacienda, Salud y Agricultura.
El primero, por la estabilidad en los mercados y el reconocimiento tanto nacional como internacional que representaba el ministro saliente, José Antonio Ocampo, no solo por ser conocido como uno de los economistas más respetados en el país, sino porque logró sacar adelante la reforma tributaria más ambiciosa en la historia de Colombia.
A pesar de la buena relación con el mandatario colombiano, no es tan cercano como su sucesor, el economista Ricardo Bonilla, actual director de la Financiera de Desarrollo Territorial (Findeter), exsecretario de Hacienda en Bogotá, durante la Alcaldía de Petro, y su asesor en diferentes temas, como las pensiones.
Otro tema sensible es el de la reforma a la salud, propuesta por la ministra saliente, Carolina Corcho, a quienes muchos legisladores y líderes políticos han calificado como intransigente, lo que presentaba inconvenientes a la hora de adelantar esta propuesta en el Congreso.
“Estamos en trámite de esa reforma tan complicada… Petro va a querer con este cambio en salud ejercer más control sobre el trámite administrativo de ese proyecto. No quiere perder control de este proceso”, opinó Corcho.
Su sucesor, el cirujano Guillermo Alfonso Jaramillo, tiene más experiencia en el ámbito político. Fue secretario de Salud de la Alcaldía de Bogotá y secretario distrital entre 2013 y 2014. También ha sido senador y representante a la cámara, lo que abre canales en estos sectores.
La salida de la ministra de Agricultura Cecilia López, según Kahn, también es “interesante”, puesto que “era una persona con mucha credibilidad, muy técnica y estaba manejando una propuesta bandera de Petro que fue aprobada”.
No obstante, su crítica pública al proyecto de transición energética en el país y a la reforma de la salud propuesta por Corcho le valdrían la salida.
Esta cartera será liderada por la abogada Jhénifer Mojica Flórez, la actual directora de Asuntos Étnicos de la Unidad de Restitución de Tierra. Fue subdirectora de la Comisión Colombiana de Juristas (CCJ) y ha hecho parte de diversos procesos con la Asociación de Autoridades Arhuacas de la Sierra Nevada y la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad.
Ruptura con otros partidos
La transformación del gabinete de Petro, apenas nueve meses después de haber iniciado su gobierno, también obedece al llamado rompimiento de la coalición en el Congreso con los partidos liberales, conservadores y 'la U'.
En el sector del trasporte, por ejemplo, sale Guillermo Reyes, considerado la cuota del Partido Conservador, con el que se ha gestado una tensa relación por la reforma a la salud. Además, se ha visto envuelto en varios escándalos y polémicas de su gestión.
Reyes será reemplazado por el ingeniero William Camargo Triana, actual director de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) y quien, según informó el gobierno, cuenta una amplia experiencia en proyectos viales y de movilidad.
Por otro lado, la salida de Sandra Urrutia del Ministerio de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) también supone rupturas con el partido de la U, con el que también se mantienen tensiones por la reforma a la salud, pues era considerada la cuota de esa colectividad en el gobierno.
Su reemplazo será el abogado Mauricio Lizcano, el actual director del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre), que ahora será dirigido por el abogado, politólogo y especialista en medioambiente Carlos Ramón González, ex guerrillero en el M-19, donde también militó el presidente, y quien presidió el Partido Alianza Verde, declarado como partido de gobierno en junio de 2022.
Otros cambios, más independientes, recayeron en la carteta de Ciencia, de la que sale el gestor de Ciencia y Tecnología del gobierno de expresidente Iván Duque. La dirección del Ministerio será ocupada por la investigadora en el campo de los estudios afrolatinoamericanos y de educación inclusiva Yesenia Olaya.
Del Ministerio del Interior sale Alfonso Prada, y llega el abogado Luis Fernando Velasco, el actual Consejero Presidencial para las Regiones y director encargado de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD).
¿Qué viene?
Para el analista Pedro Viveros, con la salida de los siete ministros, el presidente se ha dejado ver como un mandatario “rupturista”, teniendo en cuenta que, en febrero, de manera sorpresiva sacó de su gabinete a las cabezas de los ministerios de Cultura, Deportes y Educación, este último, un férreo crítico al proyecto de reforma a la salud.
“En el ejercicio del poder es un gobierno de ruptura con muchas cosas… También sacó un director de la policía y ahora cambia parte del gabinete porque pareciera que no le está funcionado al interior del congreso la dinámica con la que comenzó a gobernar”, dijo Viveros a la VOA.
Según el director Asociado de Control Risks “salieron justamente los ministros que más interlocución tenían con el sector privado… Allí, la nueva comunicación va a ser menos fluida” y lo mismo, agrega, sucederá con los presidentes de varios partidos políticos.
En ese sentido, el gobierno “va a seguir una estrategia de buscar una negociación más directa con congresistas individuales de esos partidos, pero ya no negociando con los jefes de los partidos”.
[Con la colaboración de Camilo Álvarez, de la VOA, desde Bogotá]
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