La decisión de Nayib Bukele de reelegirse como presidente de El Salvador ha inquietado el escenario electoral del país centroamericano: con al menos otras cuatro fórmulas presidenciales en contienda, —cuyos niveles de popularidad no se asemejan a los de Bukele— el mandatario salvadoreño tiene las mayores posibilidades de continuar en la silla presidencial de El Salvador los siguientes cinco años
Su partido político encabeza la intención de voto en las elecciones: la última encuesta sobre preferencia electoral de la Universidad Francisco Gavidia ubica al mandatario y su compañero de fórmula, el vicepresidente Félix Ulloa, con el 68,4 % de preferencia electoral.
Mientras que los candidatos de los partidos tradicionales ARENA y FMLN cuentan con 4,3 % y 2,8 % respectivamente. Otros partidos nuevos como Nuestro Tiempo tienen el 2 % y Fuerza Solidaria el 1,5 % de preferencia.
El favorito Nuevas Ideas nació como un movimiento ciudadano liderado por Bukele en 2017. Un año después fue inscrito como partido político bajo el estatuto “sin ideologías obsoletas”. Hoy, con el aval de la Corte Suprema de Justicia para la reelección continua, Bukele se halla a las puertas de un segundo mandato.
Difundiendo el mensaje gubernamental: “Los opositores quieren regresarnos al pasado, ¿lo vas a permitir?”, su partido ya comienza a persuadir a los 5,5 millones de votantes salvadoreños en sus plataformas digitales. A pesar de que no ha iniciado la campaña electoral ni Bukele se ha inscrito como candidato.
Los aspirantes
Sin necesidad de autodefinirse desde el punto de vista religioso ni ideológico, el actual mandatario ha sabido sortear su popularidad.
La gran apuesta de su anunciada precandidatura es continuar con un régimen de excepción que tiene 19 meses de vigencia y que ha llevado a la cárcel a más de 70.000 personas señaladas de ser pandilleros.
Aunque hace unos meses se hablaba de una posible fórmula que le hiciera frente en la contienda a Bukele, al final, esa unión de partidos no fue concretada.
Los candidatos del partido de derecha ARENA que, después de Bukele, y aunque muy por debajo, ocupan el segundo lugar en la intención de voto, son los empresarios Joel Sánchez e Hilcia Bonilla quienes con un mensaje pro democracia buscan convencer al electorado salvadoreño.
“Nuestras libertades son sagradas y deben ser defendidas por todos los ciudadanos (…) Soy humanista comprometido con el país”, promulga Sánchez, el candidato presidencial de ARENA, un partido fundado en 1981 y que gobernó El Salvador 20 años.
Mientras que el izquierdista FMLN tiene en su plantilla a Manuel Flores, exalcalde y exdiputado de la Asamblea Legislativa; y Werner Marroquín, sindicalista y empresario residente en Estados Unidos. A pesar de sus pronunciamientos a favor de las libertades y el Estado de Derecho, la fórmula presidencial carga con los señalamientos de corrupción de sus únicos dos expresidentes Mauricio Funes y Salvador Cerén.
En el caso del partido más nuevo de la contienda, Nuestro Tiempo, los candidatos son Luis Parada, doctor en derecho; y Celia Medrano, con amplia trayectoria en defensa de los derechos humanos. Ambos han expresado, al igual que los candidatos del FMLN, su oposición al régimen de excepción de larga data.
“Es condenable cómo la autoridad pública abusa del régimen de excepción para cometer crímenes con completa impunidad. Ya basta con ese régimen que debió haberse levantado hace bastante tiempo”, opina Parada.
Asimismo, asegura que en caso de que Bukele gane las elecciones como lo vaticinan las encuestas, su gobierno sería inconstitucional porque la Constitución prohíbe la reelección continua.
Los cambios en las elecciones
Las elecciones de 2024 serán distintas a las anteriores: esta vez, los legisladores a menos de un año de la elección aprobaron que las papeletas de votación, en las elecciones presidenciales, incluyan las fotografías y los nombres de los candidatos.
Asimismo, modificaron la división política administrativa del país centroamericano reduciendo el número de municipios de 262 a 44. También el número de legisladores de 84 a 60.
En el tema de las elecciones legislativas, los diputados también aprobaron eliminar el "sistema de residuos" con el que legisladores de partidos minoritarios lograron entrar al Congreso en las elecciones de 2021.
Antes de la reforma, el sistema electoral daba cabida a opciones políticas minoritarias que con formula cerrada no hubiesen tenido participación en el Congreso.
Con la reforma, los legisladores solo podrán ser electos por "cocientes", es decir, por mayoría de votos únicamente.
A criterio del presidente del Congreso salvadoreño, Ernesto Castro, "la democracia no puede representarse por gente con menos apoyo".
La controversia
El gran dilema de las elecciones en El Salvador es si el Tribunal Supremo Electoral (TSE) avalará la inscripción de Bukele como candidato presidencial.
En septiembre de 2022, Bukele anunció su aspiración a reelegirse. La última vez que un presidente de El Salvador quiso hacerlo fue hace 84 años, durante la gestión de Maximiliano Hernández Martínez.
El mandatario se ha amparado en una resolución de la Sala de lo Constitucional para postularle.
Según el artículo 152 de la Constitución, no puede ser presidente “quien haya desempeñado la Presidencia de la República por más de seis meses, consecutivos o no, durante el período inmediato anterior, o dentro de los últimos seis meses anteriores al inicio del período presidencial”.
Para el equipo legal de Bukele, ese “periodo inmediato anterior” no es el suyo sino el del expresidente Salvador Cerén, quien gobernó entre 2014 y 2019, y por lo tanto es él quien tiene la prohibición de buscar la reelección presidencial.
Sobre el desempeño de la presidencia en “los últimos seis meses anteriores al inicio del período presidencial”, Bukele espera pedir licencia o renunciar a su cargo para no contradecir, según él, ese inciso constitucional.
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