La oposición se mantiene como favorita para ganar la elección presidencial en Venezuela, mientras el gobierno de Nicolás Maduro refuerza su campaña en sectores "duros" del chavismo y su influencia institucional para evitarlo, a un mes de la votación, según expertos y una encuesta reciente revelada este viernes por la firma privada Delphos.
El analista político y director de la encuestadora Datincorp, Jesús Seguías, explica a la Voz de América que el escenario político electoral en el país suramericano se ha “polarizado” entre dos opciones, a pesar de que hay una decena de candidatos presidenciales.
La oposición, con el diplomático Edmundo González Urrutia como candidato y respaldada por la campaña de María Corina Machado por el interior del país, y el chavismo, representado en el aspirante a la reelección, Nicolás Maduro, “acaparan” las preferencias, indica.
Hay, además, un nivel “elevadísimo” de motivación para votar por parte del electorado, lo que beneficia la opción de González Urrutia como candidato de la Plataforma Unitaria opositora.
“No significa que las encuestas sean lo que ocurrirá” dentro de un mes, resalta Seguías, argumentando que se ha evidenciado “mucho ventajismo” e incluso se han modificado algunas reglas comiciales a solo semanas de la votación.
De acuerdo con encuestas de firmas como Datincorp, Poder y Estrategia y Consultores 21, la oposición tiene entre el 55 y 60 % de la intención de voto el 28 de julio, mientras que el presidente Maduro ronda los 20 puntos.
Este viernes, la encuestadora Delphos, de Félix Seijas Jr., precisó que González "tiene una ventaja importante” gracias a su 52 % de preferencia electoral, seguido de Maduro, con el 25% de intención de voto.
Según explicó Seijas a la prensa venezolana, Maduro tiene un "techo" del 30 % desde hace años y se le hace "difícil" de alcanzar en estos momentos.
Medios oficialistas, sin embargo, han difundido algunas encuestas para afirmar que el presidente venezolano cuenta con el apoyo de más de la mitad de los electores. Especialistas, como el periodista Eugenio Martínez, han expresado dudas sobre la confiabilidad de esas encuestadoras.
Otras empresas expertas en opinión pública, como Datanálisis, no publican cifras a menos que sus clientes las revelen o los autoricen.
La espontaneidad del voto
Doriam González, politólogo de la Universidad de Los Andes, subraya también cómo la campaña de la oposición, con Machado encabezando masivas concentraciones en ciudades y poblados fuera de Caracas, ha hecho crecer “la espontaneidad del voto”.
“El que la participación sea lo suficientemente alta favorece los intereses y expectativas de alcanzar los intereses de la oposición y empobrece los del chavismo”, dice en conversación con la VOA.
Según el especialista en Ciencias Políticas, en su campaña el chavismo ha tratado de “conectar”con sectores que pueden representar un voto mayoritario a su favor, como las congregaciones cristianas y los motorizados que hacen “piruetas” en las calles.
A su juicio, la oficialista es una campaña “de segmentación” más que una “de entusiasmo”.
González asegura que el grueso del electorado chavista “tiene dudas” sobre el liderazgo de Maduro, a diferencia de la oposición, cuyos votantes se muestran “más conformes” con González Urrutia, a pesar de su perfil de “un perfecto desconocido” de la política.
González Urrutia entró en el juego electoral como un candidato “tapa” o temporal de la Mesa de la Unidad Democrática, hasta que la oposición lo apoyó definitivamente ante la imposibilidad de no poder registrar a Machado, inhabilitada para ejercer cargos públicos.
¿Qué dice la gente?
Venezuela puede vivir una sorpresa en cuanto a la participación de la gente, “cada vez más organizada” desde cuadros vecinales, según el sociólogo Alexander Campos, director del Centro de Investigaciones Populares, un ente dedicado a estudiar el comportamiento social en las zonas más pobres de Venezuela.
"Es tanta la diferencia entre un candidato y otro que se necesitaría un fraude de inmensas proporciones", alerta.
En las calles, la palabra “cambio” es el clamor recurrente.
“Estamos esperanzados. Espero salir de este Gobierno. Creo que es la única solución que tiene Venezuela para salir adelante. Nos querían matar de hambre, pero no lo van a lograr”, dice a la VOA Rafael Ríos, quien será testigo electoral por la oposición en una barriada de Caracas.
Afirma que se mantendrá hasta que el centro de votación cierre para presenciar los escrutinios y velar porque no se cometan irregularidades.“Tenemos que estar preparados para lo peor”, dijo.
"Yo voy a votar por Maduro, porque siempre he sido chavista y seguiré con la revolución”, responde por su parte Jose García, empleado público, para quién la continuidad del chavismo garantiza la paz. "Vamos a triunfar de nuevo. La oposición ha sido tan mala que todavía no ha podido ganar. Entre ellos mismos lo que hacen es pelear”, opina.
El elector promedio del chavismo suele responder absteniéndose y desmovilizándose si tiene “dudas” sobre el liderazgo de sus candidatos, aclara González, experto de la Universidad de Los Andes (ULA).
“Son muy pocos la cantidad de votos chavistas que pasan a la oposición”, advierte, antes de señalar que la oposición no está experimentando diferencias y fisuras en torno a sus liderazgos, tal cual ocurrió en procesos electorales pasados, como los comicios regionales de 2021.
La votación, a su entender, se resolverá “en un binomio”: “la oposición es hoy mucho más grande política y electoralmente, pero el chavismo es mucho más grande en términos de control institucional y del territorio”, incluyendo a los militares, explica el especialista.
“La oposición es mucho más grande que el chavismo, pero, en términos logísticos y organizativos, aún falta por ver. Ha sido parte de su talón de Aquiles”, sostiene González.
Judith Jiménez, jubilada y habitante de Caracas, dice tener “esperanza de un cambio” y confía en que “todo el mundo participe”. A pesar de estar dispuesta a votar en la contienda, siente temor de que “gane la oposición y el triunfo no sea reconocido” por el oficialismo.
Seguías, de Datincorp, opina que el antichavismo encara un dilema que va más allá de una insólita, aunque posible victoria en las presidenciales de julio: puede concretar un gobierno de transición con González Urrutia para buscar paz y consenso, o puede apostar porque sea Machado quien gobierne tras el ascenso al poder del candidato opositor.
Este último escenario probablemente causaría una mayor “confrontación” entre los actores políticos de Venezuela, dado que el chavismo no lo permitiría, estima Seguías.
“El objetivo (de la elección) es parar esta confrontación y no de tratar de imponerle al chavismo una opción política, que ha dicho una y mil veces que no lo va a permitir”, sostiene.
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